Aprobación del Pabellón y Escudo Nacional en el Tercer Congreso reunido en el templo de la Encarnación el 25 de noviembre de 1842, bajo la presidencia de don Carlos Antonio López.
Óleo sobre lienzo de Guillermo Ketterer pintado en 1957.

viernes, 21 de enero de 2011

Contestación a Guido Rodríguez Alcalá, un intelectual colonizado

http://blogs.ultimahora.com/post/4176/97/biling-ismo.html


Bilingüismo


Publicado por: Guido Rodríguez Alcalá | Jueves 20 Enero 2011 | 15:01Hs.

Competencia y éxito

Cuando uno compra un aparato electrónico, lo primero que tiene que hacer es no leer las instrucciones. A esta conclusión llegué cuando me conseguí un fax (entonces la última palabra) y perdí el tiempo leyendo las instrucciones. ¡Era increíble la cantidad de monerías que el fax podía hacer! Yo solo quería enviar y recibir mensajes, y me lo explicó una persona entendida: bastaba con apretar el botón start.
Es una cuestión generacional. A los tres años, mi sobrina sabía usar el equipo de sonido y el devedé para escuchar su música o ver su película infantil. Yo podía leer las indicaciones y no podía usar los aparatos. Ella no sabía leer y sabía usarlos. Ella también sabía cuál era el recipiente de leche, de jugo de naranja o de mermelada sin necesidad de leer las etiquetas.
En ciertas situaciones prácticas de la vida, lo que cuenta es el conocimiento de las cosas y no el conocimiento del idioma escrito.
Esto me hace pensar en los inconvenientes que pueden traer ciertas disposiciones de la Ley de Lenguas. Por ejemplo: en todos los productos alimenticios o farmacéuticos fabricados en el Paraguay, las etiquetas deberán estar en castellano y guaraní. Los productores tendrán que cambiar las etiquetas, y eso va a costarles un dinero que incidirá en el precio final. Algunos productores exportan al Brasil, y por eso sus etiquetas están en castellano y portugués; ponerlas en castellano y guaraní será una desventaja. La desventaja podrá ser una pérdida de puestos de trabajo para muchos paraguayos, menos necesitados de protección lingüística de lo que podría suponerse. Cualquiera entiende qué significa Johnny Walker o Gatorade.
Los títulos universitarios tendrán que estar en los dos idiomas oficiales. ¿Valdrán los que estén en uno solo? El asunto de los títulos es un tairasy. A un escribano con 30 años de práctica de la profesión le exigen renovar su título. A un médico con 30 años de práctica le exigen renovar su título. La renovación es toda una aventura; si debe ser bilingüe, será dos aventuras. Entiéndase doble pérdida de tiempo en oficinas públicas.
La burocracia pública es ineficiente. La última ocurrencia es que se pierden los títulos de propiedad en el registro de la propiedad. Los títulos bilingües aumentarán la cantidad de papeles que la burocracia no puede organizar en cantidad más reducida. Si se quiere proteger al ciudadano, la mejor protección es que sus títulos valgan, no tengan ambigüedades ni se pierdan.
La identidad nacional puede ser importante, pero no puede primar en las relaciones ni en el comercio internacionales. China y la India tienen culturas milenarias, mucho más antiguas que las europeas y americanas. Como el resto del mundo no sabe sus idiomas, esos dos países han optado por el inglés. No para dejarse avasallar por los norteamericanos y europeos, sino para competir con ellos exitosamente. Por contraste, recuerdo lo que me dijo un funcionario de Relaciones Exteriores: "En Relaciones, nosotros hablamos puro guaraní entre nosotros". Lo que no me dijo es cómo pierde Relaciones cuando debe defender los intereses paraguayos en los foros internacionales.

El autor de este artículo, Guido Rodríguez Alcalá, es uno de los intelectuales más prestigiosos del Paraguay; un hombre de vasta formación y larga trayectoria en el campo del pensamiento y la literatura; pero como se ve es totalmente funcional dentro de la cultura oficial colonialista del Paraguay; hijo legítimo del sistema educativo colonial y colonizado él mismo por su propia cuenta. Siempre ha contado con mi total respeto por su labor en el ámbito periodístico y literario en lengua castellana, porque soy bilingüe y bilingüista. Pero le pierdo  un  poco cuando le leo opinar sobre el bilingüismo paraguayo y la lengua guaraní; y ahora le pierdo totalmente el respeto porque miente. Un intelectual no puede darse el lujo de mentir, embaucar, desinformar ni confundir a la gente, y cuando lo hace se  degrada. El autor miente cuando dice que la ley de lenguas dispone renovar los títulos de los profesionales universitarios, porque la ley en ninguno de sus artículos dispone tal cosa, y quien dude que la lea. Extremando mis presunciones de que miente por ignorancia y no por mala fe, me permito proponerle que deje de lado un tantito la literatura y estudie Derecho; allí, en los primeros cursos le obligarán a leer la Constitución Nacional y se encontrará con el artículo 14 que dispone: Ninguna ley tendrá efecto retroactivo, salvo que sea más favorable al encausado o al condenado”. Luego le obligarán a leer el Código Civil que en su artículo 1 dispone: “Las leyes son obligatorias en todo el territorio de la República desde el día siguiente al de su publicación, o desde el día que ellas determinen”. En el artículo 2 leerá: “Las leyes disponen para el futuro, no tienen efecto retroactivo, ni pueden alterar los derechos adquiridos. Las leyes nuevas deben ser aplicadas a los hechos anteriores solamente cuando priven a las personas de meros derechos en expectativa, o de facultades que les eran propias y no hubiesen ejercido”. A la luz de estas normas y del texto de la ley de lenguas que tenemos publicado aquí, queda al desnudo el despropósito del autor del artículo cuando sostiene: “A un escribano con 30 años de práctica de la profesión le exigen renovar su título. A un médico con 30 años de práctica le exigen renovar su título”. Estas son las mentiras que difunde y contra esta clase de intelectuales, que dominan el escenario nacional, venimos lidiando desde hace décadas en pro de los derechos lingüísticos de los paraguayos y de la comunidad nacional.

2 comentarios:

  1. Mba'etekópa Karai guasu:
    Oï porä niko eréve. Ndikatúi peteï tapicha arandurekómava, omongarëse oje'e'ÿva,
    ha omyngyhyjese tapicha oikuaa'ÿvape.
    Me parecieron pertinentes sus apreciaciones legales puntuales, acerca de la CN y el CCP.
    Rodríguez Alcalá, y no lo digo yo (es un secreto a grandes voces, generacionales, diría), es miembro de una familia con raigambres y abolengos castellanos.
    Lo que realmente NO CUADRA en él, son sus expresiones anodinas, argeles (en un sentido de "soso") y hasta contradictorias.
    Guido Rodríguez Alcalá: me parece peor tu error, porque entiendo que estudiaste Derecho en la Universidad Católica de Asunción (¡oh, supina ironía!), y no podés ignorar el art. 8º del Código Civil.
    O sino niko, javapántemana otro tetäme... XD

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  2. Oime, karai guasu,
    atuitea ha afeisbukea avei ko tembiapo
    nde rehaiguýva hese.
    Añua ha pojopy mbarete ndéve guarä.

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