viernes, 7 de diciembre de 2012
Los hispanismos en el guaraní paraguayo actual
Desde hace un tiempo vengo afirmando en mis
conferencias que el guaraní paraguayo actual tiene una carga de hispanismos que
oscila entre el 20% y el 30% en su léxico. Esto es en el lenguaje coloquial o común. Esos porcentajes los he venido dando con
cierta irresponsabilidad intelectual porque nunca me detuve a medir la cantidad
de hispanismos asimilados al guaraní paraguayo. Mi aproximación fue netamente
empírica. Pero hoy me gano una sorpresa
al llevar a cabo la medición. Ayudado por la tecnología que brinda la
informática y con la ayuda de Rodrigo Coronel, realizamos la medición precisa
de un texto. Elegimos el último cuento que escribí en un guaraní absolutamente
coloquial, sociolecto de los vaqueros del Chaco y otras estancias de la región oriental.
Se trata del cuento Tóro nílo sagua’a.
Este cuento tiene un total de 595 palabras,
incluido título, nombre del actor, etc.; de estas 595 palabras, 105 tienen
origen hispánico, algunas asimiladas directamente y otras modificadas en su
fonética o en su morfología. Señalamos toda palabra que tenga cierto grado de
hispanismo, sin importar su conformación. El resultado, a la luz de la regla de tres
simple, arroja el porcentaje del 17,6%.
Luego, en el idiolecto del campero, trabajador iletrado de las haciendas,
los barbarismos dentro del guaraní paraguayo no llegan al 20%. Este porcentaje se reduciría enormemente en
el idiolecto de una persona ilustrada e incluso en el de un hablante nativo del
idioma guaraní que ponga cuidado en la elección de las palabras que usa.
Me complace comprobar este porcentaje y una
vez más alego a favor del guaraní paraguayo. Afirmo que una lengua con semejante
mezcla, se halla situada entre las más puras del mundo; entre aquellas que
tienen el menor grado de contaminación.
Supongo que aplicando la misma metodología de medición de barbarismos
dentro del léxico de la lengua inglesa, podría ser superior a la del guaraní.
Esta comprobación me sirve para ratificarme en
la defensa del guaraní paraguayo hablado, vivo, usado en forma natural por sus
hablantes. Pero es preciso aclarar
siempre que el guaraní paraguayo no puede ser asimilado al jopara porque son dos lenguajes distintos. También conviene
reiterar siempre, mil veces si es necesario, la calara distinción establecida
por el lingüista Wolf Lustig, de la Universidad de Mainz, Alemania, que dice: “El guaraní paraguayo es una lengua
mezclada, mientras el jopara es una mezcla de dos lenguas, que funciona en los
límites imprecisos del guaraní y el castellano”. Luego, el jopara no es una
lengua mientras el guaraní paraguayo sí lo es. Es el guaraní “mestizo”, hablado
por los mestizos paraguayos, diferente de los dialectos indígenas; es un
guaraní destribalizado, convertido en lengua nacional de un pueblo de cultura
europea, con sistema económico acumulativo de bienes y organizado por ley en un
Estado nacional. El jopara por su
parte es el lenguaje de los guaraní hablantes que sin preparación se ven
forzados a hablar castellano y de los castellano hablantes que urgidos por
alguna circunstancia se encuentran en la necesidad de hablar en guaraní. Obviamente, el porcentaje de hispanismos
dentro del jopara sería del rededor
del 50%. Pero este lenguaje no tiene
futuro mientras el guaraní paraguayo sí lo tiene.
Tadeo
Zarratea
07/12/2012
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