Estamos aquí
para presentar el tercer tomo de la colección POEMAS Y CANCIONES DE
EMILIANO R. FERNÁNDEZ.
Es para mí un alto honor que nuestra
entidad AMIGOS DE EMILIANO me haya
confiado esta presentación y que el CENTRO
CULTURAL EL CABILDO haya aceptado la
designación, porque Emiliano es parte del patrimonio cultural de Juan Pueblo, y como dice el poeta Santiago
Dimas Aranda, “todo lo que es de Juan, es sagrado”.
Y en este caso, sacratísimas son tanto
la persona como las obras de este hombre, hoy consagrado ya como el mayor poeta
popular paraguayo de todos los tiempos, pero reconocido y mimado por su pueblo en
plena vida y cada día que viene pasando después de su vida terrenal, física.
Muchos compatriotas se preguntan:
¿por qué Emiliano es tan apreciado, querido, amado, recordado y hasta venerado
por sus admiradores? Nuestra respuesta
es: porque expresa al paraguayo; porque se ha metido en su piel para sacudir
sus sentimientos desde adentro.
Y aquí estamos con estas obras
publicadas mediante los esfuerzos de mucha gente, especialmente de los nietos
del vate. Inocencio y Emiliano Rubén Fernández y la esposa de Inocencio doña
Graciela Abate, así como los miembros de su familia. Mis observaciones me han
permitido afirmar que los herederos del artista no son sus hijos sino sus
discípulos. Pero este es un caso pocas veces visto en que los descendientes de
sangre son también los discípulos del artista. Es así porque ellos se esfuerzan
por reunir la totalidad de las obras literarias del gran poeta y creo que
todavía están lejos de lograrlo porque Emiliano es como una cantera, cuando
más se cava más productos se descubre.
En este tercer tomo se incluyen
poemas desconocidos por mí y por la mayoría de los emilianistas. Las canciones y los poemas más
conocidos fueron incluidos en los tomos 1 y 2. Pero le dije a mi amigo
Inocencio que todavía no incluyó aquel gran poema social titulado OJOAPYTÉPE, vigorosa
arenga campesina, ni aquel poema donde Emiliano expresa su tedio, su cansancio
de la guerra, su deseo de volver. Para mí ese poema es el registro fiel del
espíritu de las tropas en 1935, porque nada menos que Emiliano, el que anunció antes
que nadie que llegaremos al río Parapití, y llegamos; y el que además dijo entusiástamente: “Ñaguahëne aipo La Paz pe. Tovale la
ovaléva”, ahora está diciendo: “Ipukúma guerra ha ivai la véta. Ahase ahecha
che ru ha che sy. Taikomi jey chokokue
poeta; ha tahavi’ü moréna Ysaty”. Luego se despacha contra el abandono de los
soldados por sus propias madrinas de guerra, el cansancio de los mismos y la
necesidad de poner fin a la guerra. Emiliano siempre fue el barómetro de los
sentimientos nacionales. Por eso, para mí, este poema que comento es bastante sintomático.
Pero
ahora quiero hablarles de un aporte suyo, muy significativo.
Así como José Asunción Flores pulsó a
través de la guarania “la melancolía profunda” del paraguayo; y así como la
polka paraguaya expresa las formas y niveles de su alegría a través de sus 7
variedades, Emiliano R. Fernández ha logrado pulsar una de las cuerdas más
sensibles del paraguayo: su melancolía heroica. Este estado del alma del paraguayo expresa la
polka-canción. Y esta variedad de la polka es uno de los aportes de Emiliano a nuestro acervo artístico.
La polka paraguaya es un género musical
creado por el pueblo paraguayo a través de su historia y nada tiene que ver con la
polka de Bohemia, salvo su nombre; y es uno de los grandes aportes del pueblo
paraguayo a la cultura universal. Pero nació como música y no como canto. Las
primeras polkas paraguayas no se cantaron, no tenían texto literario; pero con
los versos de Emiliano empezó a cantarse y allí varió su aire musical, nació
una de sus variedades; la polka-canción, que se sumó a la polka-kyre’ÿ, a la
polka-syryry; a la polka chamamé, al rasguido doble, a la polka-sarambí y
últimamente la polka-jahe’o, más otras variedades. Estos aires musicales
registran las diversas formas del vy’a del paraguayo, tales como el vy’a retia’e,
vy’a ñemboki, vy’a kavalleria, hasta llegar al vy’a saingo, el jolgorio total. Emiliano
registra en su música y en sus versos el vy’a-ñembyasy, cuya mejor expresión viene a ser la
polka-canción, virtualmente creada por Emiliano y otros artistas en tiempos de
Emiliano, porque no cabe dudas de que fue él quien la popularizó.
La "melancolía heroica" es un estado psicológico del paraguayo y de la paraguaya; un estado anímico de sensibilidad profunda; un sentimiento delicado, reflexivo, y hubiéramos dicho triste si no tuviera el condimento de la dignidad que roza el orgullo y del altruismo que vence a la mezquindad humana.
Emiliano R. Fernández es la encarnación de la paraguayidad porque ama y pelea con la misma pasión, y él, al popularizar la polka-canción hizo vibrar una de esas cuerdas psicológicas hasta entonces dormida.
Este y muchos otros importantes
aportes culturales le debemos al gran Emiliano. Por eso es importante este
rescate y para completarlo seguiremos apoyando a estos señores que están en la
tarea de campo hasta que reúnan totalmente los poemas, canciones y otros
escritos de nuestro Mariscal de las letras, cuyos restos hoy descansan
merecidamente en el Panteón Nacional de los Héroes y cuyo legado le pertenece
legítimamente al heroico pueblo paraguayo.
Muchas gracias.
Tadeo
Zarratea
22-XI-17
Mba`éichapa!!. Akuaaseteko moopa ikatu ajogua petei Emiliano aranduka ñe`epotyrehegua.
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