Aprobación del Pabellón y Escudo Nacional en el Tercer Congreso reunido en el templo de la Encarnación el 25 de noviembre de 1842, bajo la presidencia de don Carlos Antonio López.
Óleo sobre lienzo de Guillermo Ketterer pintado en 1957.

jueves, 26 de abril de 2007

La salud de las Lenguas Amerindias en el ámbito cultural (el caso del Paraguay)*

1. Mapa lingüístico del Paraguay.
El Paraguay es un país multilingüe pero nunca se ha presentado ante el mundo como tal. Desde sus orígenes como nación, hace 500 años, lo ha hecho como país monolingüe, admitiendo como única lengua nacional y oficial, la castellana. Sin embargo, se estima que en la época en que declaró su independencia, en 1811, más del 90% de su población era monolingüe ciertamente, pero en guaraní. En el último censo de población del año 2002, después de 191 años de vida independiente, todavía un 59.2% de sus habitantes declaró que la lengua predominante en su hogar es la guaraní, contra un 35,7% que declaró que es la castellana. Pero además de estas dos grandes lenguas que abarcan todo el territorio nacional, perduran en el país un total de diez lenguas americanas que no pertenecen a la familia lingüística guaraní; ellas son las lenguas: ayoreo, yshyr, maskoy, guaná, sanapaná, lengua, nivaklé, maka, manjui y choroti. Existen además comunidades culturales pequeñas que hablan lenguas europeas que son: portugués, alemán, plathois, ucraniano, ruso y polaco; y otras 3 comunidades de inmigrantes que hablan lenguas asiáticas: el japonés, el coreano y el chino. A estas 19 comunidades diferenciadas por sus lenguas, deben sumarse otras seis, constituidas por comunidades indígenas de habla guaraní, pero con expresiones dialectales diferentes del guaraní/paraguayo, nombre que recibe la variedad hablada por la población mestiza.Dichos dialectos indígenas del idioma guaraní son los siguientes: pai-tavytera, ava-katuete, ache-guajaki, mbya-ka’ygua, ñandéva y chiriguana. Estas expresiones dialectales se hallan confinadas a las comunidades indígenas, las cuales se hallan a su vez confinadas en pequeños reductos, marginados de la sociedad paraguayo. Lo mismo ocurre con las otras lenguas indígenas que no pertenecen a esta familia lingüística. Todas ellas permanecen virtualmente ágrafas, con sus hablantes sumidos en el analfabetismo. Las primeras generaciones alfabetizadas no pasan de 25 años de edad y consecuentemente no han producido aún literatura. Sólo cuentan con sus respectivas oraturas sagradas, todas muy ricas culturalmente. Por tanto, para hablar de la literatura de las lenguas amerindias en el Paraguay, debo limitarme al guaraní sin abarcar siquiera este idioma en su totalidad, sino sólo uno de sus dialectos: el guaraní/paraguayo.

2. El bilingüismo paraguayo.
Las 25 minorías culturales nombradas en conjunto no representan más del 10 % de la población nacional y la población indígena sólo representa el 1 %. Por encima de todas ellas se extiende el bilingüismo guaraní/castellano que tiene las siguientes características: es un bilingüismo diacrónico, porque es producto de una ocupación violenta y posterior colonización extranjera. Es un bilingüismo diatópico, porque abarca todo el territorio nacional permeando inclusive las minorías culturales. Es diastrático, porque este bilingüismo no reconoce estratos sociales, está presente en todos los niveles de la sociedad paraguaya. Pero es un bilingüismo diglósico, porque cada lengua cumple una función casi específica: el castellano se usa para lo formal, lo documental, lo científico; es lengua del gobierno, de la prensa, del sistema educativo, etc.; y el guaraní se usa en las comunicaciones íntimas, familiares, laborales, y en las relaciones de confianza. Si bien en el conjunto de la sociedad el porcentaje de hablantes del guaraní siempre ha sido mayor y lo es hasta hoy, la lengua tiene estatuto de minoría. Es una lengua minorizada. La lengua de prestigio sigue siendo la castellana.

3. La literatura paraguaya en guaraní.
En estas condiciones sociales el guaraní/paraguayo viene resistiendo. No digo, exprofeso, ha venido desarrollándose, porque antes que desarrollo, su proceso apunta hacia una involución debido a su constante deterioro. Luego de cancelada la era colonial, el idioma guaraní atravesó los 200 años de vida independiente del Paraguay, refugiado en la garganta del pueblo campesino y de la pequeña burguesía de los pueblos del interior. Enfrentado a la prohibición de su uso durante siglos; acosado por una organización estatal, un sistema educativo y una prensa monolingües; minadas sus bases por una enorme carga negativa derivada de la subvaloración, con la calificación despectiva de lengua de indio y confinado a la oralidad hasta ayer, este gran idioma de América produjo en el último siglo esta literatura cuya características paso a reseñarlas muy brevemente.

4. El derrotero de esta literatura.
La historia literaria del guaraní/paraguayo es la misma de todas las lenguas. Ha recorrido el derrotero literario común que consiste en comenzar la elaboración de su literatura con la poesía, seguir con el teatro, llegar a la narrativa y finalmente intentar el ensayo, en ese riguroso orden. Al parecer este orden lineal que encontramos en todas las lenguas se halla determinado por condicionamientos tales como la alfabetización y el cultivo de la lengua. Como lengua ágrafa que es, la guaraní no tiene registros históricos precoloniales. Su tradición es oral. Durante la colonización española se registraron por primera vez sus palabras en documentos escritos. Lo hicieron sacerdotes misioneros, franciscanos y jesuitas, utilizando el alfabeto del castellano con algunas incorporaciones para representar los fonemas inexistentes en esta lengua. Pero ellos se limitaron a las traducciones de los textos bíblicos, del catecismo, etc.; es decir, no cultivaron la literatura. Sin embargo, el descubrimiento de la escritura por dicha vía habría llevado a los indígenas cristianizados a transcribir por primera vez sus creaciones literarias, las cuales tampoco trascendieron debido a la censura de la iglesia católica. Recién después de la independencia aparecieron los primeros poemas escritos en guaraní. Por la década de 1820, durante la dictadura de Gaspar Rodríguez de Francia, apareció el poema titulado: Teta purahéi = El canto de la patria, atribuido a Anastasio Rolón, poeta y guitarrista de Caraguatay, según las crónicas. El dictador adoptó dicho canto como canción patriótica de uso obligatorio en los cuarteles. Su sucesor inmediato, Carlos Antonio López, lo tradujo al castellano, publicó su traducción en el periódico El paraguayo independiente sin aclarar que era una traducción, obligó a las tropas a cantarlo en este idioma y desde entonces nunca más el poema fue cantado en guaraní: es más, el texto original desapareció y fue olvidado.
Poco tiempo después fue conocida y popularizada la primera y para mí la más antigua canción lírica en guaraní, titulada: Che luséro Aguai’y = Mi lucero de Aguai’y, poema de tinte colonial en el cual la musa inspiradora es la mujer blanca. La metáfora del poeta la presenta como la “flor de las blancas nubes”, evidentemente por el lugar que ocupaba en el firmamento social de la época y que la hacía inalcanzable para el mestizo común. Luego el poeta la compara con su madre, el más alto homenaje que rinde a la mujer un paraguayo, y con la Virgen María, altísimo honor que concede el católico, para terminar reconociendo que le brotan las lágrimas por su impotencia ante lo imposible. Estos primeros poemas no fueron difundidos como tales sino como canciones. Fueron musicalizados por los músicos populares y cantados. Son letras de canciones antes que poesía. Desde entonces fueron escritos miles de poemas, sobre los más diversos temas, por el pueblo hablante del guaraní. Esas obras no son habitualmente publicadas en poemarios sino en revistas que recogen las letras de las canciones populares, siendo la mayor ambición del poeta que algún músico prestigioso musicalice su obra.


5. Los estilos literarios.
La poesía paraguaya en guaraní reconoce dos estilos bien diferentes: el tradicional y el moderno. El primero nació dentro de los moldes clásicos de la poesía castellana; con medida, rima, ritmo y estrofa, siendo las más comunes las cuartetas, con rimas pareadas o alternadas. En cuanto al metro se ha producido de toda clase, pero son más comunes los eptasílabos, los octosílabos y los endecasílabos; pero reitero que para muestras hay de todo, hasta la décima espinela. Este estilo poético no sólo tiene de colonial su forma, que ciñe al poema como un vestido ajeno, sino que nació también dentro de la ideología colonialista. Tanto en su forma como en su contenido revelan la sobrevaloración de los valores estéticos europeos. Es la expresión fiel del paraguayo cuya mente sigue tan colonial después de 200 años de la extinción formal de la colonia. Pero esta forma poética tiene un gran mérito que supera lo meramente lingüístico: en ella se encuentran más del 90% de las letras del cancionero popular paraguayo; el canto del pueblo de todas las épocas, de modo que si se la suprimiera, los paraguayos no tendríamos qué cantar, nos quedaríamos sin repertorio. Este género literario de la poesía que se presenta envuelta en la canción, en el Paraguay es cultivado por miles de poetas populares, en su mayoría de instrucción elemental, congregados en una asociación informal que sostiene contar con más de 6000 poetas asociados. El público consumidor de estas obras es el campesinado, el proletariado citadino, los músicos populares y un minúsculo sector de la clase media ilustrada, de origen popular.
El segundo estilo poético, el moderno, se inicia en la década de 1960 de la mano de Ida Talavera, una poeta asuncena que se revela contra la forma clásica, contra el corsé que ciñe a la poesía tradicional atrapada dentro de las formas castellanas. Ella se aprestaba a publicar un poemario titulado: Herugua poty = Flor del misterio, cuando le sorprendió la muerte. Este iba a contener los primeros poemas escritos en guaraní con la modalidad del verso libre, sin metro, sin rima, sólo con acento rítmico. El poemario no salió a la luz pero la publicación de algunos poemas en las revistas literarias causó impacto en los jóvenes poetas de la década del 70, quienes de inmediato se agruparon en taller y comenzaron a producir e intercambiarse poemas liberados de las formas clásicas. Sus protagonistas todavía son jóvenes hoy: Ramón Silva, Susy Delgado, Feliciano Acosta, Mario Rubén Álvarez y la revelación poética más poderosa: Miguelángel Meza Miranda. A ellos se sumaron algunos poetas adultos como Carlos Martínez Gamba y Félix de Guarania. El grupo recibió el respaldo muy valioso de dos escritores prestigiosos que escriben más bien en castellano paraguayo usando como sustrato la cultura guaraní; ellos son: Rubén Bareiro Saguier y Carlos Villagra Marsal, quienes promovieron el nuevo estilo al advertir que no se trataba de un mero cambio de formas; se trataba de la aproximación al acento poético propio del guaraní, revelado a través de sus recursos idiomáticos, tales como la cadencia, la síncopa, los alargues, la onomatopeya, etc. Este nuevo estilo poético produjo, además de la liberación de las formas, la descolonización ideológica de la poesía paraguaya en guaraní. Hoy día muchos jóvenes poetas siguen a este grupo inicial. Las obras ya se encuentran publicadas en poemarios individuales o colectivos y los lectores constituyen estudiantes de la lengua y un reducido grupo de profesionales universitarios de clase media.
En cuanto a diferencias debo destacar el lenguaje poético. La poesía tradicional utiliza el lenguaje lógico; hace gala de artificios de la lengua, recurre con harta frecuencia a las comparaciones y excepcionalmente a la metáfora. La moderna en cambio es esencialmente metafórica, asume el lenguaje propiamente poético aterrizando al campo del lenguaje lógico sólo esporádicamente, pero tiene la desventaja de ser poco comprendida aún por el hablante común.


6. El Teatro en Guaraní.
Después de cien años de intenso cultivo de la poesía apareció el teatro en guaraní, en la década de 1930. Llegó de la mano del dramaturgo Julio Correa, un combativo crítico de la política paraguaya que, desilusionado del escaso impacto que causaba en la población sus muy acerbos y sarcásticos poemas escritos en castellano, optó por hacer teatro y por hacerlo en guaraní. Su éxito fue tal que alcanzó a escribir y representar él mismo con su compañía de teatro más de 20 obras propias. Fue la primera vez que el pueblo paraguayo se vio a sí mismo en el escenario. Pero Correa sufrió una sañuda persecución política como consecuencia. Desde entonces vivió entre la cárcel y el teatro. La oligarquía castellanista, aliada como siempre con las dictaduras militares, hizo sentir su peso sobre los hombros del artista que desafiaba no solamente a la clase política de turno, sino a los 400 años de cultura oficial arbitrariamente monolingüe castellana. Julio Correa enfermó como consecuencia de las torturas recibidas en las mazmorras policiales y murió joven. Rechazó todas las condecoraciones que pretendió otorgarle el gobierno en su lecho de muerte. Fue grande por sus obras, por su patriotismo y por su dignidad. Dotó al Paraguay del más importante corpus teatral con que cuenta hoy. Es el fundador del teatro paraguayo auténtico. El teatro en lengua castellana nunca llegó a los niveles alcanzados en guaraní. Correa dejó discípulos en las tablas pero estos pronto cayeron en el facilismo, cultivando de modo casi exclusivo la veta graciosa, despojando al teatro guaraní del drama social que fue su bandera en tiempos de Correa. Como consecuencia, el combativo teatro guaraní se redujo a la mera farsa. La ausencia de la democracia con la consiguiente falta de libertad contribuyó naturalmente para el efecto. Pero contribuyó también, a través de la desmotivación general, para la liquidación final de nuestra escasa y pobre tradición teatral. Actualmente el teatro paraguayo, en ambas lenguas, está de vacaciones.

7. La narrativa en guaraní.
Después de 150 años de poesía y de 40 años de teatro en guaraní, apareció por fin el arte literario de la narrativa. Obviamente cuando hablamos de narrativa incluimos al cuento y a la novela, pero más obvio que esto que el cuento aparece siempre antes que la novela en el desarrollo de casi todas las lenguas. En el caso del guaraní no fue distinto. Su narrativa nació con los primeros cuentos. Se produjo al iniciarse la década de 1970 fuera del territorio del Paraguay, de la mano de un exiliado político, el villarriqueño Carlos Martínez Gamba, que a la fecha vive, por la gracia de Dios, y fue laureado con el Premio Nacional de Literatura en el año 2003, no por su mérito de ser el padre de la narrativa sino por un libro de poemas épicos en guaraní. Martínez Gamba vivía en la ciudad de Buenos Aires, Argentina, cuando en 1971 escribió e imprimió él mismo, artesanalmente, el primer cuento paraguayo en guaraní, titulado: Hógape ojevýva karréta nandi rehevéma = Del que vuelve a su casa con la carreta vacía. La obra, cuya tapa fue hecha con cartones de embalaje, fue leída por la colonia de exiliados y unos pocos ejemplares ingresaron al Paraguay en forma casi clandestina. Este hecho literario causó gran impacto entre los jóvenes estudiantes del idioma guaraní en Asunción, y alentado por el éxito el autor escribió otro cuento: Hógape ojevýva rembihasakue ipy’a tarovarante = Del que retorna a su casa sólo para desesperarse, y otro y otro.
Es verdad que Martínez Gamba ha tenido precursores; algunos escritores que antes que él escribieron en prosa algunas anécdotas a modo de cuento. Pero es él quien decididamente y con la intencionalidad bien marcada de hacer literatura de ficción en prosa, escribió las primeras narraciones con forma de cuento. Además no es autor de cuento único ni circunstancial. El empezó a escribir cuentos de modo sistemático y continuo; cuentos cortos y largos; cuentos de todos los géneros. Por tanto nadie le puede arrebatar el título de padre de la cuentística en guaraní paraguayo.


8. La primera novela en guaraní.
En 1981 fue publicada la primera novela escrita en lengua guaraní. Se trata de Kalaíto Pombéro = Calixto el Pombero, obra de mi autoría y sobre la cual debo abstenerme de opinar. Sólo puedo comentar que la escribí a instancias del novelista y editor Juan Bautista Rovarola Matto, quien luego de leer un conjunto de tres cuentos que hasta entonces los tenía publicados en la revista literaria Ñemity bajo ese nombre, vino a verme. Me instó a entrelazar esos cuentos y convertirlos en novela. Acepté el desafío y así lo hice, añadiendo a los tres otros quince episodios escritos de un tirón. La novela de 18 capítulos, de estructura quebrada, no lineal, y con final abierto, es considerada por la crítica como la primera novela escrita en lengua americana. Es posible que eso constituya su mayor mérito, porque desde el punto de vista literario es una obra modesta. El otro mérito que puede tener es el de ser el registro más fiel y más extenso del guaraní paraguayo hablado, registrado con la mayor naturalidad. Y es así porque en su elaboración no prioricé lo literario. No acostumbro hacer literatura por la literatura misma sino como servicio a causas lingüísticas, antropológicas, sociológicas o didácticas. En este caso de Kalaíto Pombéro puse más empeño en guardar fidelidad al modo en que usan el idioma los hablantes y en revelar los valores que manejan, en descubrir sus ideales, antes que en los artificios propiamente literarios.

9. El guaraní en otras manifestaciones culturales.
En cuanto al uso del guaraní con otras manifestaciones culturales, debo señalar que, como lengua, tiene franco predominio en las letras de las canciones y en el parlamento del teatro popular. Apareció también como parlamento de la primera película paraguaya premiada internacionalmente: Hamaca Paraguaya, de Paz Encina.
En cuanto al debate sobre esta literatura, no ha empezado aún porque poco le interesa a los intelectuales. Los que demuestran interés por la promoción de la misma se hallan en total minoría. La Sociedad de Escritores del Paraguay, entidad fundada como institución multilingüe, reformó sus estatutos en el año 2000 y se declaró de nuevo monolingüe castellano.
En suma, este es el panorama. No puedo hablar del ensayo porque este género literario todavía no produjo el idioma.


* Desarrollado en el IV FORO DE LAS LENGUAS AMERINDIAS realizado en Barcelona – España, los días 23 y 24 de noviembre de 2006.

2 comentarios:

  1. Profesor Zarratea, saludos desde Argentina, el otro día lo escuché en un programa de Radio Ñanduti a través de internet. Sigua adelante por la lucha del guarani paraguayo y del castellano paraguayo.

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  2. Hola Tadeo,

    muchas gracias por tu blog! y por tu afán en difundir y estudiar la lengua guaraní!

    Victoria

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