Es necesario que los integrantes del segundo grupo cambien de opinón. Sus componentes deben saber, en primer lugar, que la lengua guarani es patrimonio genuino de la nación guarani y que esa nación no somos nosotros; que esa nación está presente, vive y pervive a pesar de todas las visicitudes pasadas y presentes, y no es ningún objeto de museo antropológico, sino un pueblo en marcha. Pretender asimilar el pueblo paraguayo al pueblo guarani es una impostura; una falta de respeto. Si étnicamente somos mestizos, también lo somos de cultura y de lengua. Somos un tercer pueblo, diferente del guarani y del español. Somos la resultante del encuentro y la coexistencia de dos culturas a lo largo de 500 años. En nosotros se viene produciendo una síntesis cultural.
También deben informarse de que ninguna de las seis parcialidades de la nación guarani que sobreviven dentro del Paraguay hablan el guarani puro. Todos hablan sus respectivos dialectos, diferentes entre sí. Tampoco existió en el pasado un pueblo que hablaba el guarani puro. Los kario hablaban el dialecto guarani kario, que no era sino un dialecto más. La idea de la lengua pura es un mito; una bella idea que hasta podría resultar provechosa, pero si la tomamos como tal, es decir, como un mito.
"Gramática Elemental de la Lengua Guaraní", pág. 52.
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