(*) Presentación hecha en la 30º Liber, Feria Internacional del Libro en Barcelona, España.
lunes, 15 de octubre de 2012
Aspectos del bilingüismo paraguayo *
El
Paraguay es conocido como país bilingüe debido a la gran extensión del guaraní
y el castellano en su territorio y
en su población, pero en realidad es un país multilingüe y multicultural,
porque se habla en el país 14 lenguas en total. Por encima de esta situación se
extiende el bilingüismo guaraní/castellano
que tiene las siguientes características: es diatópico porque baña todo el territorio nacional; es diastrático porque penetra todos los
estratos sociales; es diacrónico dado que es producto de hechos históricos irrevocables; y es diglósico en el sentido de que ambas
lenguas tienen sus áreas preferenciales de uso. El fenómeno del bilingüismo
diglósico involucra inclusive a culturas
minoritarias.
A
nivel nacional, el grupo que se declara bilingüe guaraní/castellano es el mayoritario (58,36 %); el segundo lugar ocupa el grupo monolingüe guaraní (27,66 %);
el tercer el monolingüe castellano (8,21 %); y el cuarto, los hablantes de lenguas de minorías culturales (5,56 %). (Fuente: censo nacional de 2.002).
El
bilingüismo paraguayo ha generado mucha polémica entre los estudiosos por su
alta complejidad. Algunos niegan
su existencia por el hecho de que el Estado no es bilingüe y tampoco el
ciudadano. Ciertamente es difícil encontrar individuos bilingües coordinados, en decir aquellos que
entienden, hablan, leen y escriben con eficiencia en ambas lenguas oficiales
del país.
El
caso es que el nivel de competencia lingüística de quienes nos declaramos
bilingües es muy bajo, es un bilingüismo incipiente porque no fuimos
alfabetizados en nuestra lengua materna –guaraní
para la mayoría– y consecuentemente somos analfabetos en nuestra lengua propia.
En
contrapartida, hacemos uso muy elemental
del castellano porque se nos ha enseñado como si fuera nuestra lengua materna
sin serlo, y por tanto, la mayor parte de la enseñanza se ha echado a perder.
En suma, todos fuimos traicionados por el sistema educativo nacional.
Movilidad
lingüística
Los
datos estadísticos que mencionamos son del último Censo Nacional realizado en
el año 2002. Confrontados estos datos a los del Censo anterior, realizado 10
años atrás en 1992, encontramos las siguientes variaciones. Entonces el
grupo que se declaraba bilingüe
guaraní/castellano era del 50 %; el
segundo lugar ocupaba el grupo monolingüe
guaraní con 38%, el tercer lugar ocupaba el grupo monolingüe
castellano con el 7 %); y el cuarto, los hablantes de lenguas
de minorías culturales con
un 5 %.
Confrontados
estos datos encontramos que la movilidad lingüística del bilingüismo paraguayo
apunta hacia el crecimiento del sector bilingüe que del 50% pasó al 58,36 %; es
decir, en diez años el grupo bilingüe creció 8,36 %. Por su parte el grupo monolingüe guaraní
disminuyó del 38% al 27,66% y son 10,34%.
A su vez creció el grupo monolingüe castellano que pasó del 7% en 1992
al 8,21% en el 2002. En cuanto al último
grupo a los hablantes de minorías culturales pasó del 5% al 5,56 %, es decir
creció.
Consecuentemente
el vector de la movilidad lingüística se mueve hacia un mayor bilingüismo
guaraní castellano pero en grave detrimento de los monolingües de lengua
guaraní, el cual si sigue disminuyendo un punto por año, como registran las
estadísticas, acabaría en menos de 30 años. En frente de este fenómeno, el polo
castellano crece, muy poco por cierto, pero crece un punto en cada década. El crecimiento de los hablantes de lenguas de
minorías culturales puede reconocer como causa la presencia, cada vez mayor, de
la población brasileña en territorio paraguayo o en su caso mayor rigor en la
registración de las lenguas indígenas.
En
el presente año se realiza de nuevo el Censo Nacional lo que significa que
estos guarismos variarán en el próximo año.
El bilingüismo diglósico del Paraguay
El bilingüismo paraguayo es diglósico,
al menos si se puede sostener esta aparente contradicción, porque las dos
lenguas nacionales y oficiales: el castellano y el guaraní no gozan de igual
estatus, estatuto o prestigio social. El castellano sigue siendo la lengua del
poder, del Estado, del gobierno, de la Justicia, del Parlamento, de la Prensa,
de las universidades y del sistema educativo.
Por su parte el guaraní sigue relegado a la intimidad del hogar, de la
amistad, de la confianza, y de los momentos de reproche de ira o rechazo. El
poder del guaraní, que resistió a la colonización española y a los primeros 200
años de una república seudo independiente y monolingüe castellana, radicó
principalmente en su gran población de hablantes, en el poder de masas. En el Paraguay el guaraní es lengua de gente
pobre, desapoderada, desposeída y escasamente instruida. Por ello la lengua está signada con el tabú
lingüístico de lengua inferior. También
concurre a contribuir el fenómeno de la urbanización creciente y la
descampesinización del Paraguay. En el
año 2000 se produjo la traspolación campo/ciudad, pasando a ser mayoría la
población urbana y minoría la población rural.
La fuerza del guaraní que estaba en el campo disminuye en consecuencia,
pero como contrapartida el guaraní urbano permea las capas sociales y llega a
los medios masivos de comunicación y a los centros de poder político.
Por último cabe agregar que la
diglosia que se expresa con la subalternización del guaraní también se halla
condicionada por los temas abordados. En
lengua guaraní no se abordan ciertos temas, como los culturales, los
filosóficos, y tampoco los asuntos formales. La lengua carece de una buena
parte de terminología política, filosófica, religiosa y cultural. Entonces se
halla relegada a temas específicos.
Aspecto
político
El mayor avance del idioma
guaraní en el Paraguay se registró en las últimas décadas en el aspecto
político. En el año 1992 una Convención Nacional Constituyente deroga la
Constitución Política del Estado vigente durante la última dictadura de 35 años
y promulga una nueva, elaborada con la participación política de todos los
sectores de la sociedad. Esta
Constitución eleva al idioma guaraní al sitial de lengua cooficial del Estado
en todo el territorio nacional y en igualdad total con el castellano (Art. 140
de la CN). Al mismo tiempo la
Constitución dispone que la educación formal se realizará en la lengua oficial
materna del educando (Art. 77 de la CN). Con esta disposición la Carta Magna revoca
el viejo sistema de enseñar a leer y escribir al niño monolingüe guaraní en
lengua castellana; un atropello a la dignidad humana perpetrada por el Estado
paraguayo durante 187 años de su vida independiente como una continuación sin
variantes, lisa y llana del sistema educativo colonial. Sin embargo este precepto constitucional no
se pudo implementar hasta la fecha por causa de diversos factores, pero
principalmente por el boicot avieso de los dirigentes de la educación nacional
que prefieren seguir con el viejo sistema colonial. El artículo 140 de la
Constitución Nacional del Paraguay dispone en su última parte que la ley
reglamentará el uso de las lenguas oficiales; pero el dictamiento de esa ley
reglamentaria llevó nada menos que una lucha de 18 años para que el Congreso
Nacional sancionara la Ley de Lenguas, promulgada el 29 de diciembre de
2010. Por medio de esta ley fue creada
la Secretaría de Políticas Lingüísticas y la Academia de la Lengua
Guaraní. Actualmente se encuentra en
proceso de designación el plantel inicial de miembros de la Academia de la
Lengua Guaraní que esperamos sea instalada dentro del presente años.
El
bilingüismo en el sistema educativo
La educación bilingüe
guaraní/castellana acaba de sufrir un grave fracaso en el sistema educativo
nacional. El Ministerio de Educación malversó sumas multimillonarias del dinero
público en un plan de educación bilingüe que no pudo sostener. Hasta la fecha no se conocen las verdaderas
causas pero los dirigentes nacionales de la educación alegan que dicho plan
fracasó, entre otras cosas, porque: 1) faltó mejor capacitación de los docente,
2) faltó material educativo impreso, 3) tuvo la oposición de los padres de
familia, 4) no fueron resueltos los problemas internos del idioma guaraní,
habiéndole faltado vocabulario didáctico y pedagógico. Sin embargo a nuestro juicio lo que
verdaderamente faltó fue la voluntad política de llevar adelante el plan de
educación bilingüe y el error en el enfoque lingüístico porque a falta de
vocabulario de uso general, los profesores afectados al plan comenzaron a
crear, en gabinete, en solitario, y sin ningún fundamento científico, una
inmensa cantidad de vocablos y llenaron con ello los libros de lectura de los
niños. Los padres de aquellos niños, hablantes del guaraní, rechazaron
totalmente el guaraní artificial o artificioso que promovió el sistema
educativo. El estudiante se vio entrampado cuando sus padres no pudieron
ayudarlo para conocer el idioma, y los padres también porque tuvieron que
enfrentarse a un supuesto idioma guaraní con vocabulario extraño, desconocido
para ellos, pero que venía con una fuerza que le imprime el sistema educativo.
El único punto de convergencia
consiste en que todos sostenemos hoy día que para reorientar la educación
bilingüe en el Paraguay debe existir una autoridad política que tutela a las
lenguas en general y una autoridad científica que resuelva los problemas
internos del idioma guaraní con la aprobación de un alfabeto oficial, un
diccionario oficial que incluya solamente vocablos de uso general o con la debida
sanción de uso y que apruebe también una gramática fundamental que impida
seguir realizando los calcos sintácticos del castellano paraguayo.
Tadeo
Zarratea
Barcelona,
octubre de 2012.
(*) Presentación hecha en la 30º Liber, Feria Internacional del Libro en Barcelona, España.
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