lunes, 12 de diciembre de 2011
Diálogo sobre el uso del idioma guaraní en el catecismo del P. Guasch
Señora María Claudia:
Con sumo gusto paso a contestarle las 3 preguntas que me ha formulado
sobre el catecismo del Padre Guasch.
1- El catecismo bilingüe del Padre Antonio Guasch data de 1952, ¿Podría
describir brevemente cuál era la situación de la lengua guaraní en ese momento?
La situación de la lengua guaraní en el Paraguay en el año 1952, año del
catecismo bilingüe del padre Guasch, era de marginación total en el ámbito
público. En esa época todavía los
paraguayos practicábamos el bárbaro deporte de ir al monte a matar
indígenas. En cuanto al idioma guaraní, por aquel tiempo era una lengua hablada en
forma exclusiva y excluyente por aproximadamente el 70 % de la población
nacional. El grupo bilingüe guaraní-castellano
habría sido de apenas el 25%; mientras el monolingüe castellano del 5%. Pero el uso del guaraní estaba virtualmente
prohibido en las oficinas del gobierno, en las universidades, colegios y escuelas,
y en los medios de comunicación, radios y periódicos, porque televisión aún no
existía. También era reprimido en el seno de las familias de clases alta y
media. El Paraguay tenía una sola lengua oficial, el castellano, y se
presentaba ante el mundo como un país castellanohablante. Nadie le deba la menor importancia al idioma
guaraní, el cual, aparte de hallarse marginado y discriminado, sus hablantes
eran víctimas del más absoluto desprecio.
2- Se dice que en el momento que el P. Guasch escribiese ese catecismo
estaba en su "última fase de purismo y que quería decir todo en
guaraní", ¿Qué significa purismo en la lengua? Según su opinión, ¿Por qué
el P. Guasch procedió así?
Para nosotros el purismo en una lengua significa un vicio que tiene dos
aspectos: el purismo lexical y el purismo sintáctico. Padecen de purismo lexical aquellos hablantes
que quieren expresar todo con palabras del idioma guaraní y cuando se
encuentran con un concepto, para el cual el idioma guaraní no tiene palabra, la
inventan en gabinete valiéndose de analogías o descripciones del fenómeno. Por
su parte el purismo sintáctico, más que un vicio, es el propósito de preservar
la sintaxis propia del guaraní y de cuidarse en no caer en la sintaxis
castellana; porque en el Paraguay muchos guaraníhablantes utilizan de modo
inconsciente la sintaxis castellana pero usando en su totalidad palabras en
guaraní.
La reivindicación del idioma guaraní, de la cultura guaraní, y del
indígena guaraní como persona humana portadora de una gran lengua y de una gran
cultura, fue iniciada en el Paraguay por el sabio suizo Moisés Santiago Bertoni,
científico naturalista, botánico, zoólogo, y estudioso de otras ciencias
naturales. El mismo se hallaba viviendo en el Paraguay y realizando sus
investigaciones cuando en 1910 se realizó en Buenos Aires el primer congreso de
científicos americanistas. En la ocasión Bertoni representó al Paraguay y
planteó las reivindicaciones señaladas.
Ese congreso aprobó la primera descripción de los fonemas del idioma
guaraní, poniendo de ese modo las bases para su alfabeto moderno. En el año 1950 se realizó en Montevideo el
primer congreso de estudiosos de la lengua guaraní. En la ocasión representaron
al Paraguay el Dr. Reinaldo Decoud Larrosa, el P. Antonio Guasch y don
Guillermo Tell Bertoni, hijo de entonces ya finado científico suizo. Dicho congreso aprobó, con modificaciones, el
alfabeto propuesto en 1910, dejando establecido como alfabeto del idioma
guaraní para toda la región sudamericana un alfabeto fonológico de 33 letras,
signos o grafemas. El alfabeto
fonológico es aquel que representa cada fonema por un solo grafema, y en el
cual cada grafema representa a un solo fonema. Es un alfabeto muy práctico,
especialmente para los niños y que el P. Guasch denominara “la regla de oro de
la gramática perfecta”, porque no contiene duplicidades ni crea confusiones.
Es verdad que por aquel tiempo, tanto Decoud como Guasch tenían la
convicción de que el guaraní-paraguayo, este único dialecto del idioma que ellos
conocían, podía restaurarse para volver a ser un idioma lexicalmente puro. Para
ello, tenía que extirparse del vocabulario guaraní todos los hispanismos y
otros barbarismos, todos los préstamos y calcos lexicales admitidos por el
idioma a lo largo de 4 siglos. Tanto
Decoud como Guasch pensaban que esas palabras prestadas del castellano debían
ser sustituidas por otras que podían crearse en gabinete y presentarlas al
pueblo hablante como palabras propias del idioma. Pero ese intento de repurificación lexical fue
una equivocación total, una postura acientífica y por ende de aplicación
imposible. El intento de repurificación
le costó mucho perjuicio económico al Estado paraguayo y le causó mucho daño al
idioma guaraní en el Paraguay. Tanto Decoud como Guasch ignoraron el principio
de la dialectalización de las lenguas, y por ende no admitieron que el guaraní-paraguayo
es uno de los 58 dialectos del idioma guaraní hablado en 7 Estados soberanos de
América del Sur. Este dialecto,
técnicamente denominado guaraní-paraguayo, es el único dialecto no indígena del
guaraní; el único hablado por una población nacional criolla y mestiza, de
cultura bipolar, europea guaraní, de religión cristiana y sistema económico
occidental de acumulación de riquezas.
Este dialecto, el más prestigioso de todos, tanto por la cantidad de
hablantes que tiene como su importancia social en el Paraguay y su rango
jurídico, hoy, como lengua oficial de un Estado soberano en todo el territorio
nacional, es un dialecto que ha dejado por lejos la cultura tribal y es medio de
expresión de la mayoría nacional.
3- Los estudios que pude consultar dicen que este catecismo del P. Guasch
no estaba escrito en la "lengua del pueblo" ¿A qué se refieren?
En cuanto a su tercera pregunta, le explico que el catecismo del P.
Guasch, al igual que la biblia traducida por el Dr. Decoud, adoleció del vicio
del purismo lexical. Ello hizo que fuera poco atractivo para el hablante
natural del idioma guaraní, el cual no encontró en dicho catecismo el
guaraní-paraguayo, el de uso corriente, el que pervive en el habla popular, y
que tiene una carga lexical de aproximadamente 30% de hispanismos. Ese porcentaje de barbarismos en el léxico o
diccionario oral del hablante, no fue aceptado por los eruditos de aquel tiempo. Ellos entendieron que el guaraní era una sola
lengua, no dialectalizada, y que lo que se hablaba en el Paraguay era el único,
y por eso mismo tenía que ser el modelo; por eso intentaron repurificarlo con neologismos
creados en gabinete y la recuperación de todos los arcaísmos. Repudiaron toda
palabra de origen castellano y se aferraron al mito del guaraní puro. Mientras tanto, el pueblo hablante del
guaraní fue asimilando más y más palabras del castellano a su léxico. Esta es la causa por la cual se sostiene de
aquellas obras de Guasch y de Decoud están
lejos del idioma del pueblo y que para ser usadas deben volver a traducirse al
guaraní vivo y hablado.
Atentamente.
Tadeo Zarratea
Asunción, 12 de diciembre de 2011
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