lunes, 5 de diciembre de 2011
HACIA UNA ÉTICA DEL LENGUAJE *
* Artículo del sociólogo José Carlos Rodríguez, publicado en el Correo Semanal del Diario Última Hora en febrero de 2001.
Hay que distinguir, por supuesto, entre lengua y habla, entre potencial
desarrollo de la lengua y el uso efectivo o habla, que incluye el inventario de
los discursos disponibles. Si en relación a la lengua no hay diferencia, sí la
existe en el estado del habla, en el desarrollo
de los discursos concretos: orales y escritos. No podemos leer filosofía
alemana en guaraní como en inglés y en francés: faltan textos, personas
competentes e instituciones.
El
desconocimiento de las diferencias entre personas, grupos o culturas distintas
tiene dos maneras diferentes de expresión: una hostil y otra gentil. Por
ejemplo, después del descubrimiento de América, se inventa el mito del salvaje malo, de raza inferior a las
europeas; y el otro mito, el de Rousseau,
el del buen salvaje. El primero
afirma que los salvajes son inferiores, el sgundo que los salvajes son
superiores.
Nunca
existieron seres humanos salvajes: todos tiene cultura y sociedad, fruto de la
historia y las opciones, ninguno de salvaje.
Los prejuicios hostiles y los gentiles están encerrados en una dificultad
similar, no reconocen la especificidad y las diferencias reales entre los seres
humanos, actitud cuyo desarrollo más evidente lo constituye el racismo.
En
el Paraguay, con respecto al guaraní hay dos discursos que se mueven en el
círculo de esta lógica: el discurso de la denigración del guaraní y el discurso
de su apología. Ambos expresan la actitud de sus partidarios frente a la
comunidad de los guaraní parlantes, y en particular frente a las comunidades
precolombinas, o “indios”. Según el discurso anti, el guaraní es un problema o una carencia (carencia de
español): el idioma guaraní ha sido por eso prohibido y denigrado. Según el
discurso pro guaraní, este idioma
constituye el verdadero ser y la forma superior de expresión del Paraguay;
aunque no proponga una acción concreta para tratar al guaraní como a una
lengua, sino como una costumbre folclórica.
El
racismo hostil (anti-guaraní) tiene hoy pocos defensores, por así decirlo, ha
perdido su guerra; pero el racismo gentil (pro-guaraní) sigue vigente y quizás
constituya el principal problema para el desarrollo concreto de la lengua
mayoritaria de los paraguayos y paraguayas.
Para
el racismo gentil el guaraní posee ya
el desarrollo de otras lenguas – la literatura, los auxiliares lingüísticos,
los archivos y la ciencia de aquellas colectividades lingüísticas con escritura
y reflexión léxica y gramatical –. O, en él se piensa que no importa la carencia de estos medios simbólicos: los mitos
indígenas, la Biblia, la lengua
cotidiana, el catecismo y las canciones románticas constituyen ya filosofía,
teología, ciencia y arte.
Ética
lingüística
En
contra del racismo puede enunciarse una ética lingüística, podemos enumerar sus
principios:
1. La diferencia entre las lenguas no puede ser
entendida como una diferencia jerárquica, no
hay lenguas superiores o inferiores, toda lengua tiene la misma capacidad
expresiva.
2.
Una lengua es una forma de vida que debe ser preservada.
3.
Todo ser humano tiene el derecho
inalienable a expresarse en su propia forma lingüística, y en la lengua que
desea; eso vale para los individuos y las colectividades.
4.
Las ciencias y técnicas del lenguaje
tienen el deber de describir el máximo número de lenguas y de formas de
expresividad diferentes.
Los
dos primeros principios constituyen un credo
antirracista general: son creencias compatibles con la ciencia; el tercer
principio es el reconocimiento político de una ciudadanía simbólica; el cuarto alude a los intelectuales,
funcionarios, dirigentes políticos y a las políticas emprendidas por los
estados.
Todas
las lenguas son iguales
Según
el primer principio, al no haber
lenguas inferiores, tampoco hay lenguas superiores. Si todas las lenguas tienen
la misma capacidad expresiva, el guaraní no puede ser más dulce que el alemán,
más expresivo que el español, más melodioso que el inglés ni más concreto que
el coreano… y tampoco menos. La diferencia entre lenguas no es entres lo mejor
y lo peor sino sólo entre una manera y otra manera de expresarse.
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