Aprobación del Pabellón y Escudo Nacional en el Tercer Congreso reunido en el templo de la Encarnación el 25 de noviembre de 1842, bajo la presidencia de don Carlos Antonio López.
Óleo sobre lienzo de Guillermo Ketterer pintado en 1957.

sábado, 11 de enero de 2020

IV ENCUENTRO DE LITERATURAS EN LENGUAS INDÍGENAS


Guadalajara, México, 6-9 de diciembre de 2019
         Ponencia del Prof. Dr. Tadeo Zarratea sobre la Lengua Guaraní del Paraguay y la poeta guaraní galardonada: Susy Delgado
Señoras y señores:
Maitei rory opavavetépe. Tapendepyhare poräite. Un cordial saludo a todos  y que tengan una noche muy buena.
Tengo el deber de agradecer, en primer lugar, al Jurado que en este año ha honrado con este premio a la Lengua Guaraní del Paraguay, junto con otras lenguas; en nuestro caso, a través de la muy exquisita poeta guaraní doña Susy Delgado. Luego, debo agradecerles también por esta oportunidad que me brindan habilitándome este espacio para dar a conocer algo sobre mi lengua materna, su dilatada historia, su presente cargado de vitalidad  y su promisorio futuro.
La lengua Guaraní, como todas las lenguas originarias del continente americano, encierra un mundo cultural muy rico. Es una lengua polisintética y aglutinante que, según nuestros sondeos, tendría más de 5.000 años de sedimentación cultural, a juzgar por la disposición muy regular, casi matemática, de sus elementos morfosintácticos. Su sólida estructuración le ha permitido sortear con éxito los siglos de sometimiento al coloniaje. Hoy, después de tantas persecuciones y marginamiento, resulta ser la única lengua indígena asumida por un pueblo no indígena en toda América. Ese pueblo es el paraguayo, originado en el mestizaje hispano-guaraní en el año 1.536, hecho histórico que hace  de nosotros, los mestizos más antiguos de América.-
Entre las muchas medidas políticas y sociales adoptadas por los gobiernos coloniales de América para eliminar sus lenguas, la lengua Guaraní ha sufrido una muy especial: le han cambiado casi la totalidad de su pueblo hablante, que era el pueblo guaraní de la parcialidad karió, que fue fagocitado  por el mestizaje y sustituido por un nuevo pueblo, integrado por el mestizo hispano-guaraní; pero la lengua emigró sin moverse de su propio suelo y se instaló en la garganta de los sucesores. El hecho fue delatado en la década de 1.780 por don Félix de Azara. Este cartógrafo y antropólogo español, comisionado al Paraguay, dejó escrito en sus memorias cuanto sigue:  “Aquí en el Paraguay, ya ni los viejos españoles hablan la lengua castellana; hasta para hablar entre ellos prefieren el guaraní”.  El caso de esta lengua fue calificado por el prominente pensador uruguayo Eduardo Galeano como: la única lengua vencida que se impuso a su propio vencedor.
Desde entonces y hasta hoy  el guaraní sigue siendo la lengua usada por la mayoría del pueblo paraguayo, que la usa en el contexto de una cultura europea, socialmente organizada en familias nucleares y de una economía capitalista ferviente acumuladora de bienes. A esta población que llamamos paraguaya debe sumarse seis parcialidades indígenas que las usan también, pero en el marco de sus culturas propias, tribales, conservando la religión guaraní, el sistema social de vida comunitaria y el sistema económico de no acumulación de bienes. Estos pueblos indígenas usan dialectos de la misma lengua, pero son variedades idiomáticas diferentes del guaraní de los paraguayos, y también diferentes de los que hablan las otras parcialidades pertenecientes a la misma familia lingüística dentro del país.
  El estudio y la documentación científica del guaraní fue, presumiblemente,  uno de los más tempraneros en América, dado que en 1640 ya fue dado a la estampa, en una imprenta de Madrid, su primer diccionario denominado “Tesoro de la Lengua Guaraní”, su primera gramática, el catecismo en guaraní  y un cuarto libro, todos escritos por el sacerdote jesuita Antonio Ruiz de Montoya. De entonces a hoy son innumerables los libros escritos sobre los diversos aspectos de esta lengua.
Por suerte el sistema educativo colonial en el Paraguay fue muy endeble y de pedagogía equivocada, hechos éstos que imposibilitaron el cambio de  lengua del pueblo paraguayo, como era el propósito de sus colonizadores. La enseñanza del castellano fracasó. Al finalizar el sistema colonial, cuando el país logró su independencia política en 1811, más del 95% de la población paraguaya hablaba solamente guaraní, pero la cultura colonialista impidió que se aprovechara la oportunidad  de instalarla como lengua oficial del Estado. En caso de haberse hecho así, el Paraguay hubiera sido el único país de América con lengua propia, no europea. Pero el Estado optó por la lengua castellana y la tuvo como única lengua oficial durante los primeros 181 años de su vida independiente. Recién en la Convención Nacional Constituyente de 1992 el Estado paraguayo se declaró bilingüe castellano/guaraní.
Actualmente el guaraní paraguayo, que así se llama la variedad hablada por los de cultura mestiza, baña todo el territorio nacional. Esta variedad  no está localizada ni enquistada territorialmente, ni reconoce estratos sociales, porque permea a toda la sociedad nacional. Sin embargo tiene estatus social  de lengua minoritaria. Es como una población mayoritaria minorizada.
Pese a estas situaciones sociales, lingüísticas y políticas, con rango constitucional de lengua oficial del Estado inclusive, los Poderes políticos  cayeron en desidia después de la oficialización del guaraní. Tardaron más de 18 años en dictar la ley reglamentaria para  poner en práctica las declaraciones constitucionales. En el año 2010 fue dictada, por fin, la Ley de Lenguas, la cual  realiza 3 aportes importantes: 1) Reconoce los derechos lingüísticos de las personas, tanto de los miembros de la comunidad nacional como los de las minorías culturales. 2) Crea la Secretaría de Políticas Lingüísticas, con rango de Ministerio del P.E., para proteger tanto a las lenguas oficiales como a todas las lenguas habladas por comunidades minoritarias de lenguas diferentes asentadas en el territorio nacional y 3) Crea la Academia de la Lengua Guaraní, como entidad privada de servicio público, con facultades para resolver los problemas internos de la lengua. Esta Academia estableció el 9 de diciembre de 2015 el alfabeto oficial del guaraní paraguayo. Aprobó también  en el año 2018 una gramática fundamental con carácter oficial y, actualmente se halla avocada a la elaboración del diccionario oficial. Últimamente tomó la resolución de incluir al léxico del idioma un total de 135 palabras castellanas, algunas transfonetizadas y otras no modificadas que fueron admitidas como préstamos directos. Para instalar y mantener la institucionalidad, esta Academia  de 30 miembros toma resoluciones observando estrictamente las normas de la ley de lenguas y de sus propios estatutos.  
Desde el año 1992, año de su oficialización, al día de hoy el guaraní ha avanzado bastante en cuanto a su uso en la esfera pública y en los medios de comunicación social. Actualmente los Congresistas ya lo usan con frecuencia durante sus intervenciones formales en las sesiones del Parlamento, pero hasta la fecha dictan las leyes solo en castellano; no lo hacen en ambas lenguas oficiales del Estado, y esto, en abierta violación de la Constitución Nacional que constituye un Estado bilingüe. La prensa escrita sigue virtualmente monolingüe pero siempre aparecen salpicadas y hasta algunos artículos en guaraní. Es un hecho, que en los medios orales, el uso del guaraní ha avanzado mucho más que en los medios escritos, porque esta lengua ha sido ágrafa desde siempre.
Los desafíos que tenemos los paraguayos de hoy en cuanto a nuestro bilingüismo son, en esencia, dos: estatalizar el guaraní y lograr que el educando, al concluir el nivel medio, sea ya bilingüe coordinado castellano/guaraní. Necesitamos acabar con la diglosia actual que hace al guaraní dependiente del castellano. Debemos abocarnos al objetivo de tener ciudadanos que entienden, hablan, leen y escriben en guaraní como en castellano y con competencia lingüística en ambos idiomas. Hoy día todo el pueblo habla en guaraní pero escribe solo en castellano, y cuando habla en castellano traduce su pensamiento desde el guaraní. Por todo esto, el caso lingüístico  del Paraguay no es fácil. Pero existen avances muy significativos.
Un capítulo desagradable pero al cual debo referirme necesariamente para completar este breve panorama, es el fracasado plan de educación bilingüe, hoy suspendido por causa de los errores cometidos, primero en cuanto al modelo de lengua a ser enseñada. En ambos idiomas la enseñanza se realiza sobre modelos de lengua  equivocados. pero es más visible en el guaraní.  A estos errores se suman los desatinos pedagógicos y las trabas, nunca ausentes, que ponen los pedagogos partidarios del monolingüismo castellano, que sin miramiento alguno desacatan la Constitución y las leyes para imponer sus criterios colonialistas.

Aspecto literario.
El guaraní ha sido lengua ágrafa como todas las lenguas de América, hecho que determinó la aparición tardía de su literatura. Y, como es de conocimiento de este ilustrado público, las lenguas se internan en la literatura comenzando por el género poético, luego de buen tiempo produce teatro para avanzar posteriormente  hacia la narrativa, cultivando por su orden la fábula, el cuento de ficción, la novela y finalmente el ensayo. En este orden, el guaraní paraguayo comenzó con la poesía al finalizar la época colonial con la aparición de los primeros poemas líricos que escaparon a la censura de la iglesia católica, especie a la cual se le sumó pronto el género épico. El primer himno nacional del Paraguay fue cantado en guaraní; luego fue traducido pobremente al castellano y prohibido el original. Después de más de cien años del cultivo de la poesía, apareció el teatro guaraní en la década del 20 del siglo pasado, con el dramaturgo Julio Correa. Por su parte, la narrativa de ficción ( el Cuento) apareció en la década del 70 del siglo pasado de la mano de Carlos Martínez Gamba,  y la novela nació conmigo, con mi novela Kalaíto Pombéro, en 1981. 
Por ahora le falta el Ensayo, género literario para cuya producción,  nuestra escritora aquí presente, la galardonada Susi  Delgado, viene instando permanentemente a los escritores, organizando anualmente concursos literarios de Ensayo.
Susy Delgado
Sobre la personalidad poética de Susy Delgado me limitaré a reproducir lo que digo acerca de su labor poética en mi libro titulado: “LA POESÍA GUARANÍ DEL SIGLO XX. Galería de 22 poetas de la lengua”, publicada en el año 2013. En este libro sostengo que: “Decir de Susy Delgado, que es una consumada poeta bilingüe porque usa por igual el castellano y el guaraní, es decir poco. Califico con ese rótulo a varios de nuestros poetas jóvenes que integran esta galería de poetas contemporáneos y lo digo cuando producen poemas de igual nivel estético en ambas lenguas. Susy Delgado, además de eso, es capaz de recrear un poema en la otra lengua; es decir, tiene la capacidad de dar a un poema el mismo vuelo poético que tiene en el original al traducirlo a la segunda lengua, y esto sin considerar en cuál de las dos lenguas oficiales del Paraguay ha sido escrito originalmente el poema. En suma, es una traductora insigne de la poesía, una virtud que no abunda en razón de que es absolutamente incomparable la traducción de un texto común con la traducción de la poesía. En la primera se traducen ideas y hasta palabras; en la segunda se traducen imágenes, metáforas, comparaciones y muchísimas otras figuras literarias.
Susy tiene también el mérito de vivir de su trabajo literario desde su juventud, el cual abarca el periodismo cultural, la traducción y otros aspectos que en su conjunto le permiten ganarse la vida haciendo lo que le gusta. En este punto se diferencia de la inmensa mayoría de los intelectuales que nos ganamos la vida con otra actividad laboral, muchas veces no deseada, y ejercemos el arte literario en forma marginal. Cuando  Susi fue despedida del último periódico en que se hallaba encargada de la página cultural y quedó sin trabajo, no se amilanó; buscó mecenas y publicó una revista literaria con el nombre de Takuapú con dicho gesto ratificó su vocación y fidelidad a la literatura. Siempre será un mérito en el Paraguay o en cualquier otro país que el intelectual se gane la vida con su actividad literaria.
Un tercer mérito que encuentro en Susy es que ella ha sido una de las primeras poetas paraguayas que decidió publicar todos sus poemarios en versión bilingüe. Cuando publicó sus primeros libros de esa forma, por ejemplo Tataypýpe – Junto al fuego; Tesarái mboyve – Antes del olvido, etc., me pareció una práctica inapropiada y asumí una actitud muy crítica sobre el caso, pero estaba yo equivocado.
Como poeta, Susy Delgado es absolutamente adulta; su obra es homogénea, elevada, exquisita y delicada desde sus inicios hasta hoy; no presenta altibajos; asume el lenguaje poético sin apartarse de modo completo del lenguaje lógico. Ella tiene sus medidas y no permite al lector situarse en uno ni otro plano en forma exclusiva sino en ambos a la vez. Sus poemas apelan a la sensibilidad humana y al deleite intelectual. Escribió desde muy joven y la cantidad de títulos publicados sobrepasa largamente la veintena, incluyendo traducciones de obras importantes.
         Susy Delgado es una esforzada y meritoria hija de Atenea. Una ESCRITORA con mayúsculas, que sobradamente se merece este premio que le otorga el pueblo de México a través de este  IV ENCUENTRO DE LITERATURAS EN LENGUAS INDÍGENAS.  
Muchas gracias
                         Tadeo Zarratea
Guadalajara, Jalisco, 9 de diciembre de 2019
NOTA. Este es el escrito que llevé para leer en el acto de premiación, pero leí solo  una parte por haberse agotado el tiempo del evento.

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