jueves, 9 de enero de 2020
Contestación.
Señor Mario Castells
A solicitud de mi
dilecto amigo Javier Viveros le contestaré unas pocas preguntas. Por lo que veo
usted tiene más datos que yo sobre la vida de Martínez Gamba. Yo lo conocí ya
de adulto y casi por casualidad. Fue a través de su hermana Dorita Martínez
Gamba, residente en Asunción y docente de literatura. Es ella la informante más calificada para un
biógrafo de su hermano. Y ya está con edad, habría que llamarla ya.
Naturalmente es la más autorizada para hablar de su niñez, adolescencia,
juventud, estudios primarios, barrio de Villarrica en que vivió, etc.
Nuestra Revista Ñemitÿ,
órgano literario de los estudiantes de la Licenciatura en Lengua Guarani de la
UNA, quería superar la barrera folklórica
que tenía aprisionada a la lengua guaraní y se propuso publicar obras de
envergadura literaria. Entonces se presentó una amiga de nombre Arminda
Stainich que nos dio la noticia de la existencia de Carlos Martínez Gamba y de
su interesante talento literario. Ella, que era compañera de aulas de Dorita,
la había acompañado hasta Puerto Rico el año anterior y vino deslumbrada por la
personalidad y las obras de Carlos. Dorita aprobaba sus opiniones pero no era
la mejor propagandista de su hermano. Usando este canal solicitamos que nos
enviara algunas de su obras y nos las envió Pychâichi y Plata Yvyguy.
A mí no me impactaron pero a Feliciano Acosta, nuestro director, sí, porque él
es poeta, y las publicamos. Luego siguió enviando normalmente sus obras a
Ñemitÿ. Fueron pocas las publicadas, pero cuando llegaron sus cuentos iniciales
despertaron mi interés. Al punto vi que con ellos se daba inicio a la narrativa
guaraní, a la de ficción, a la artística de gran nivel. Luego, y no recuerdo en
qué año, Martínez G. apareció en Asunción. La dictadura todavía estaba en pie,
pero Juan Bautista Rivarola Matto (Papi) logró con la dictadura un acuerdo que no
sé de qué clase; lo cierto es que lo dejó estar aquí, lo apresaba de cuando en cuando para
interrogarlo pero seguía y logró también que ingresara su íntimo amigo en dos
campos, literario y político: Carlos MG. Más tarde nos enteramos de que ellos
eran “camaradas” entre sí pero con independencia de esa circunstancia creo que
JBRM es el literato que más poderosamente ha influido en Carlos Martínez Gamba.
Juan Bautista era un
apasionado en todo y sobre todo por la literatura; era un hombre muy
convincente, dominaba las corrientes literarias y sabía lo que necesita la
lengua guaraní para su desarrollo: esa necesidad era la de romper su tratamiento y utilización
meramente folklórico; emprender el estudio verdaderamente científico de la
alengua y producir en ella y con ella una gran literatura. Rivarola Matto fue
un hombre extraordinario que nos aclaró muchas cosas y nos impulsó a realizar
grandes obras. A mí me convenció y me asesoró para escribir la primera novela
en lengua guaraní y me lanzó a la fama con el rótulo de que soy el primer
novelista en lengua indígena americana.
Cuando conocí a
Carlos Martínez Gamba me impactó su nobleza, sencillez y claridad de ideas en
el campo literario y sobre sobre lo que el guaraní paraguayo necesitaba. Cultivamos
una hermosa amistad literaria que duró durante toda la vida de él y lo visité
en Puerto Rico. Me escribía una carta casi cada mes, las cuales pocas veces las
contestaba, limitado como estaba por el tiempo.
Poco tiempo después
cayó la dictadura (1989) hecho que Rivarola ya no pudo ver, pero Carlos sí pudo
y desde entonces ingresaba al Paraguay normalmente; venía todos los años.
Compartimos largas tertulias; era un gran conversador, jovial y simpático,
además de muy instruido y memorioso. Compartir su compañía era un deleite.
Sobre su niñez en
Villarrica lo sé muy poco; sólo aquello que el refería; que vivió en un barrio
de pobres en el seno de una familia pobre; que su más querida maestra se
llamaba Mamela Paganetti; que con los chicos vagaba por toda Villarrica y cometían
travesuras. Refería que fue objeto de muchas injusticias por parte de sus propios
parientes y sobre todo por su tío Porfirio. Pero cuando adulto y escritor se
tomó la revancha con escribir y revelar todas las miserias familiares y las de
su entorno. Como consecuencia fue amenazado por los propios parientes con
denunciarlo. Me comentaba que él había cometido el error de no cambiar los
nombres de sus personajes en los cuentos, que eran casi todos sus parientes.
Todos los personajes arquetípicos de la literatura de un país se encuentran en
nuestras propias familias - me decía - pero no cometas el error de presentarlos
con nombres y apellidos. Es difícil desprenderse del nombre verdadero porque
nos parece que no sería el mismo personaje, pero eso debe superar un escritor.
Debemos pintarlos de cuerpo entero pero bajo un nombre ficticio - me
recomendaba -.. El nombre verdadero no importa. Ellos son nuestros arquetipos.
Son personajes típicos y clásicos de todas las sociedades y de todos los
tiempos. Basta con adjudicarles un nombre distinto a cada uno,.
Yo no sé nada de su
pasado político. Nunca me lo reveló. Aparentemente tuvo una militancia política
tempranera. Debió ser así porque la dictadura lo mandó al exilio siendo muy
joven. Se habría ido sin que nadie lo conociera en el Paraguay como político
(salvo los esbirros de la dictadura) y menos como literato. En el Paraguay de la
dictadura su nombre se hallaba perdido para el común; se perdieron sus huellas
Tampoco lo sé si Martínez G, llegó a
viajar, pero Rivarola Matto sí; se sabe que como miembro y dirigente del PCP
visitó varias veces la Unión Soviética y allí contactó con los grandes
literatos del mundo. Pero al parecer en el P.C.P. se produjo en un momento
histórico una suerte de división por razones más estratégicas y económicas que
ideológicas, Comentan algunos ex militantes del P.C. que un grupo integrado por José Asunción
Flores y sus amigos se apartaron de Oscar Creidt, el líder. argumentando que después de varias décadas de
lucha el Partido no llegó a formar cuadros de combatientes al interior de la
sociedad paraguaya, y que tal hecho se debería al rechazo del
marxismo-leninismo dogmático, montado sobre la cultura exclusivamente europea. Existen
conjeturas y leyendas de que la aceptación y el apoyo a la lengua guaraní fue
uno de los componentes de aquella discordia política El líder partidario, Creidt,
era partidario de un socialismo dogmático, europeo, ideológicamente incontaminado;
mientras Flores y sus amigos sostenían que el socialismo debía ser inculturado
en el Paraguay para tener éxito; que debe asumir la defensa del idioma del
pueblo llano, idioma marginado de un pueblo marginado y preterido, y además, perseguido por el gobierno igual que
ellos. Ellos alegaron en favor del idioma rechazado por todos los gobiernos
pero sostenido a través de siglos por el pueblo hablante: el guaraní.
Teorizaban que el Partido debería acercarse incluso a la cultura indígena en
busca de concomitancias políticas y económicas que le pudieran servir de
soporte ideológico. Esto a Creidt le causaba náuseas y como consecuencia Flores
lo trató de “señorito”, y de “revolucionario
de salón”. Este grupo abogó por que el Paraguay lleve a cabo su revolución socialista
en su propia lengua y con su propia cultura, hecho que incluiría necesariamente
la participación al pueblo campesino. Pero se comenta que Creidt no quería
involucrar de ninguna manera al campesinado en la lucha, “porque son conservadores, miedosos, ambiciosos
y traidores por antonomasia”.
Concluyo aquí esta
retahíla de anécdotas, tal vez falsas, con la
leyenda de que Creidt comenzó a cambiar de postura solo después de que
Mao demostrara que se puede llevar adelante la revolución socialista con el
pueblo campesino; pero a la hora de cambiar de postura, él se encontró con que casi
nada sabía de la cultura campesina y mucho menos del idioma guaraní. Esto –
dicen nuestros informantes - lo inmovilizó a Creidt; porque a partir de
entonces no pudo organizar nada eficaz y sus combatientes se convirtieron en mártires
de la lucha. Es posible que esta división haya existido aunque los hechos aquí
señalados no hayan sido la causa real, pero existen indicadores que aportan verosimilitud,
tales como que en un momento dado Rivarola Matto y Martínez Gamba toman un
repentino interés, a edad ya madura, por la literatura guaraní, mientras J.A. Flores, le solicita
permiso al dictador, a través del artista (cantante profesional) Lito Ortiz, para
venir a Cerro Corá, (el altar de la patria) a residir hasta su muerte, sin
inmiscuirse en política, con el fin de
componer un inmenso poema sinfónico al héroe máximo de la nacionalidad: el Mcal. Francisco Solano López. Me lo ha contado
personalmente Lito Ortiz que la respuesta del dictador Stroessner fue: “Lito: mejor
doblemos esa página”. Por su parte, Martínez Gamba le dedica su “Öpera massima”
a la guerra del 70, rescatando el heroismo de los combatientes paraguayos,
incluyendo a López, frente a la agresión imperialista de la época. Estos hechos
nos indican que ambos habrían militado en este segundo grupo del P.C. de forma
abierta o solapada. Sostengo además, que
la facción del PC que optó por el “Sincretismo cultural-ideológico” habría
tenido mayores posibilidades de enquistarse en la sociedad paraguaya, porque esgrimía
un discurso que le permitía encarnar los altos deseos de un pueblo marginado y
muy sufrido.
Tanto Rivarola como Martínez Gamba no
produjeron nada en guaraní en su primera juventud siendo no obstante, hablantes
naturales del idioma, hablantes desde la infancia, Sin embargo se convirtieron
a través de sus obras en dos puntales principales de la literatura guaraní. Martínez
inaugura un nuevo género literario: la narrativa de ficción, después de 200
años del cultivo casi exclusivo de la poesía en esta lengua. Es,
definitivamente, el padre de este género. Como poeta a mí nunca me convenció,
pero debo reconocer que admiro su inmenso poema “Guerra guasúrö guare” con el
cual se ganó el premio nacional de literatura. Me dejó leer los originales y le
dije que intenté varias veces leer la narración de la batalla de Piribebuy sin
que me conmoviera y que las 7 veces me quebró. “Entonces – me dijo - te dedico ese capítulo”; y allí está. Hasta
hoy solo me pongo a leer cuando tengo necesidad de llorar.
Por su parte Rivarola Matto escribió el
cuento más deslumbrante en guaraní: “Karai
Réi oha’ärö guare kuka’ë kañy”. Para mí es lo máximo en nuestra narrativa, a
pesar de que Martínez Gamba sostiene que el mejor cuento paraguayo en guaraní
es uno de mi autoría titulado:
“Elfinadorä”. Los motivos de esta discordancia pueden ser dos: 1) Elfinadorä es un cuento enteramente
ficticio mientras Karai Réi. es
oralitura; y 2) Karai Réi… escribió
primero Martínez Gamba, pero lo hizo en versos medidos con rima asonante. A
Rivarola le encantó el tema porque es una oratura paraguaya de la época
colonial en la cual el “arriero desvalido” le gana una pulseada al mismísimo
Rey, en un juego de inteligencia. Es el triunfo del hombre común frente al
poderoso Sin embargo no le gustaba la forma. El opinó que ese cuento oral era
narrativa pura, que ese es su género propio, y se puso a traducirlo; lo
llevó a la prosa con consentimiento de
Martínez Gamba, pero siempre aclaraba que el tema “le robó” a Martínez Gamba”, y éste, que era un
niño grande, se reía con gusto. Reitero para concluir que es la prosa más
deslumbrante que tiene el guaraní paraguayo.
La postura asumida por estos dos
escritores no debe entenderse como que a través del idioma guaraní adhirieron a
la corriente nacionalista, que acapara y folkloriza el guaraní. No debemos
entender así, primero porque los liberales y socialistas somos
internacionalistas por condicionamiento doctrinario. Amamos todas las culturas
del mundo pero no creemos, como creen los nacionalistas, que
nuestra cultura es la mejor de todas. En nuestro caso, cultivamos el idioma guaraní
porque sabemos que es la columna vertebral de la cultura popular paraguaya y consecuentemente
solo a través de este idioma terminamos de construir nuestra identidad cultural;
y porque sabemos además, que las personas y los pueblos que no tienen identidad
cultural no son nadie, absolutamente nadie, y por tanto no tienen derecho a
sentarse en la gran mesa de la cultura universal.
Tadeo
Zarratea
7
de enero de 2020
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Mario Castells: muchas gracias, maestro, pir esta entrevista, por sus respuestas. Muy agradecido.
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