Aprobación del Pabellón y Escudo Nacional en el Tercer Congreso reunido en el templo de la Encarnación el 25 de noviembre de 1842, bajo la presidencia de don Carlos Antonio López.
Óleo sobre lienzo de Guillermo Ketterer pintado en 1957.

sábado, 2 de febrero de 2019

DECURSO DE LA VIDA DE GREGORIO GÓMEZ CENTURION


                            Por Tadeo Zarratea                                                                                               
Señoras y señores: Me han encomendado la presentación en este acto, de  la historia de vida de nuestro anfitrión, el inspirador y organizador de este singular evento, don Gregorio Gomez Centurión.
Este hombre es para mí, en primer lugar, el poeta de las luchas sociales, tanto porque ejercitó decididamente la principal lucha política de su época, como porque la documentó y publicó, dando a conocer varios episodios desconocidos de esa cruenta y dolorosa lucha del pueblo paraguayo.
Participó de la lucha contra la dictadura del tirano Alfredo Stroessner a través de las organizaciones laicas de la Iglesia Católica. Apenas concluidos sus estudios primarios ya fue virtualmente fagocitado por las luchas sociales. Los urgentes reclamos de un pueblo sojuzgado ya no le permitieron seguir estudiando. Gregorio es hijo legítimo de Guasukora, Villeta, miembro de una numerosa familia lugareña. El ingresó a muy temprana edad a la Juventud Agraria Católica (JAC), en la década del 60. La entidad estaba afiliada al Movimiento Internacional de la Juventud Agraria y Rural Católica (MIJARC) definida como un Movimiento Apostólico Educativo de formación integral.
Posteriormente Gregorio ingresa como militante a las Ligas Agrarias Cristianas (LAC) en la cual permaneció hasta 1976,  pero sus limitaciones físicas no le permitieron pensar siquiera en la lucha armada u otra forma de lucha que requiriera resistencia física. Por ello se inclinó más bien a trabajar en la fundamentación teórica, en la pedagogía de la lucha, en la transmisión oral de sus experiencias, vivencias y creencias. Por la misma causa ejercitó su memoria para no usar escritos que pueden eventualmente caer en manos de los esbirros, pero al mismo tiempo para poder documentar y publicar en el futuro los episodios más cruentos y dolorosos de la lucha del pueblo contra la tiranía.
Siguiendo el decurso de su vida tenemos que entre los años 1960/61 Gregorio ejercita su militancia en Guasukora, dedicándose a la formación de la juventud que venía a través de la  JAC desde toda la geografía nacional.
En 1962 fue a trabajar durante seis meses en la parroquia de Horqueta, Concepción, con la misión de fortalecer la organización de la JAC; de allí se trasladó y permaneció por  4  meses en Rio Grande do Norte, Brasil, en virtud de  un programa de intercambio de experiencias.
Entre los años 1963 y 1967 fue uno de los dirigentes nacionales de la JAC.
Entre los años 1968 y 1969, hallándose ya unido a Cristina Olazar, realizaron trabajo voluntario en el Instituto de Educación Rural (IDER) con sede en Tavarrojo, Villarrica, siempre bajo la tutela de la jerarquía católica.
Entre los años 1969 y 1970 usufructuando una beca del MIJARC estudió en París, Francia. Realizó durante 3 meses un curso acelerado de lengua francesa y durante  9 meses un curso de capacitación para el desarrollo, en el Instituto de Educación e Investigación para el desarrollo (IRFED)
Entre los años 1971 y 1975 se integró, junto con su esposa Cristina Olazar,  a la histórica comunidad de San Isidro del Jejuí, fundada por las Ligas Agrarias Cristianas. Allí durante la feroz represión de la dictadura, Gregorio salvó la vida por el hecho fortuito de no hallarse presente en el lugar.
Durante los años 1975 y 1976 el matrimonio Gómez-Olazar, expulsado de la comunidad y perseguido, se refugia en la ciudad de Asunción, pero sin abandonar la lucha. Aquí se encargan del cuidado de 7  jóvenes expulsados por la dictadura de la Comunidad de San Isidro del Jejuí; 6 mujeres y un varón que virtualmente quedaron huérfanos y sin hogar. Realizaron este servicio con el apoyo de la Pastoral Social de la iglesia católica.   
Entre 1976 y 1978 (Gregorio) (el matrimonio) estuvo trabajando en la animación de comunidades de base de la Pastoral Campesina de la Diócesis de Concepción, fijando sede mas bien en Horqueta.
El matrimonio Gómez-Olazar trabajó entre los años 1980 y 1985 en el Equipo de Educación del Proyecto de Asistencia y Desarrollo PAî-TAVYTERÂ; Proyecto fundado y sostenido por la Asociación Indigenista del Paraguay y la Iglesia Cristiana Misión de Amistad, para  servir al pueblo indígena Paî-Tavyterâ del Amambay. Gregorio ocupó posteriormente el cargo de Coordinador de dicho Proyecto.
Entre los años 1990 y 2001 Gregorio trabajó primero como promotor social y luego fue nombrado Coordinador de ÑEMONGETARÂ,  una ONG creada para realizar  comunicación y educción campesina.
Entre los años 2002 y 2006 Gregorio Gómez fue contratado como Coordinador Ejecutivo de la ONG TIERRAVIVA, fundada para servir a los pueblos indígenas del Chaco.
Entre los años 2004 y 2006 ejerció la asesoría de la ESCUELA VIVA HEKOKATÚVA, instituida por el Ministerio de Educación para la elaboración de textos  escolares en lengua Paî-Tavyterâ.
Entre los años 2008 y 2012 Gregorio fue contratado por la Organización civil ALTER VIDA para asesorar en materia de interculturalidad al Programa Nacional de Control de la Tuberculosis (PNCT) dependiente del Ministerio de Salud.
 Finalmente y para coronar su lucha, Gregorio se vio obligado a organizar y encabezar la lucha de sus propios vecinos contra la empresa EL FAROL S.A. que, en 2007,  vino a instalar sus vertederos de residuos en la misma compañía Guasukora.  Esta empresa, cuya propiedad se atribuyó en su momento  a la familia del ex presidente Federico Franco, contaba con el apoyo de las autoridades municipales de Villeta, de la Secretaría Nacional del Medio Ambiente y de la Fiscalía del Medio Ambiente. Pero fue vencida y expulsada de Guasukora  en el año 2008 por la lucha popular, después de una  larga y desigual batalla librada por la comunidad guiada por sus experimentados dirigentes.
En total suman cerca de 60 años la militancia activa de Gregorio Gómez Centurión al servicio del pueblo paraguayo, en especial al servicio de los más necesitados, de los olvidados y marginados,  que son los indígenas y los campesinos.
Actividad literaria.
En paralelo con estas luchas y estos impagables  servicios sociales,  Gregorio fue sirviendo también a la lengua guaraní y a la literatura paraguaya, produciendo obras literarias de gran valor científico, artístico y cultural. En este campo  Gregorio Gómez Centurión es un autodidacta muy sabio; un conocer profundo de la lengua guaraní a quien no le dejaron integrar la Academia de la Lengua por falta de títulos académicos. Sin embargo, entre los 30 académicos actuales no hay uno solo, incluyéndome a mí, que pueda escribir los libros escritos por Gregorio sobre los aspectos obscuros de la lengua. En este caso se comprueba una vez más que los cartones no garantizan el conocimiento.
Producción Literaria.
Entre sus obras literarias se encuentran principalmente sus cuatro  poemarios. Todos sus libros contienen, además de poemas, ensayos breves sobre lengua y cultura guaraní.  Dichas obras son:
ÑE’Ê. Publicado en primera edición en 2007 y en segunda edición en 2012 por la Editorial Servilibro.
TEMIANDU RORY. Editado por la Editorial el Lector en el año….
TEMBIASA  RYAPU. Editado por Servilibro en el año 2013.
TETÂYGUA PYAMBU. Editado por  Servilibro en 2017.
Galardones literarios
Gregorio ganó el primer premio en el concurso “Roque Gaona de Literatura” en el año 2017 con su obra Tetâygua pyambu compitiendo con 24 títulos finalistas.
Ganó también el segundo premio en el concurso Municipal de Literatura del año 2018 compitiendo con 36 obras en concurso.
Literatura testimonial
Leyendo los libros de Gregorio no podemos evitar que se nos venga a la memoria los versos de aquel cantautor que dice: “Yo no soy un guitarrero que canta por cantar// Yo me siento compañero del que lucha por ganar//. Una nueva y limpia tierra abonada con amor//. Esto, porque toda su obra es testimonial. Asume compromiso con los problemas esenciales de la persona humana, con los sectores sociales marginados, con la ciencia, con la cultura, con la lengua, con la verdad, el amor, la libertad y la justicia.
Es difícil que Villeta, y el Paraguay todo, produzcan a corto plazo otro gigante como Gregorio Gómez Centurión.
Muchas gracias.
               Asunción, 8 de enero de 2019 

No hay comentarios:

Publicar un comentario