Este hombre es para mí, en primer lugar, el poeta de las luchas sociales, tanto porque ejercitó decididamente la principal lucha política de su época, como porque la documentó y publicó, dando a conocer varios episodios desconocidos de esa cruenta y dolorosa lucha del pueblo paraguayo.
sábado, 2 de febrero de 2019
DECURSO DE LA VIDA DE GREGORIO GÓMEZ CENTURION
Por
Tadeo Zarratea
Señoras y señores: Me han encomendado la presentación en este acto, de la historia de vida de nuestro anfitrión, el inspirador y organizador de este singular evento, don Gregorio
Gomez Centurión.
Este hombre es para mí, en primer lugar, el poeta de las luchas sociales, tanto porque ejercitó decididamente la principal lucha política de su época, como porque la documentó y publicó, dando a conocer varios episodios desconocidos de esa cruenta y dolorosa lucha del pueblo paraguayo.
Este hombre es para mí, en primer lugar, el poeta de las luchas sociales, tanto porque ejercitó decididamente la principal lucha política de su época, como porque la documentó y publicó, dando a conocer varios episodios desconocidos de esa cruenta y dolorosa lucha del pueblo paraguayo.
Participó
de la lucha contra la dictadura del tirano Alfredo Stroessner a través de las
organizaciones laicas de la Iglesia Católica. Apenas concluidos sus estudios
primarios ya fue virtualmente fagocitado por las luchas sociales. Los urgentes
reclamos de un pueblo sojuzgado ya no le permitieron seguir estudiando. Gregorio
es hijo legítimo de Guasukora, Villeta, miembro de una numerosa familia
lugareña. El ingresó a muy temprana edad a la Juventud Agraria Católica (JAC),
en la década del 60. La entidad estaba afiliada al Movimiento Internacional de
la Juventud Agraria y Rural Católica (MIJARC) definida como un Movimiento
Apostólico Educativo de formación integral.
Posteriormente
Gregorio ingresa como militante a las Ligas Agrarias Cristianas (LAC) en la cual
permaneció hasta 1976, pero sus
limitaciones físicas no le permitieron pensar siquiera en la lucha armada u
otra forma de lucha que requiriera resistencia física. Por ello se inclinó más
bien a trabajar en la fundamentación teórica, en la pedagogía de la lucha, en
la transmisión oral de sus experiencias, vivencias y creencias. Por la misma
causa ejercitó su memoria para no usar escritos que pueden eventualmente caer
en manos de los esbirros, pero al mismo tiempo para poder documentar y publicar
en el futuro los episodios más cruentos y dolorosos de la lucha del pueblo contra
la tiranía.
Siguiendo
el decurso de su vida tenemos que entre los años 1960/61 Gregorio ejercita su
militancia en Guasukora, dedicándose a la formación de la juventud que venía a
través de la JAC desde toda la geografía
nacional.
En
1962 fue a trabajar durante seis meses en la parroquia de Horqueta, Concepción,
con la misión de fortalecer la organización de la JAC; de allí se trasladó y
permaneció por 4 meses en Rio Grande do Norte, Brasil, en
virtud de un programa de intercambio de
experiencias.
Entre
los años 1963 y 1967 fue uno de los dirigentes nacionales de la JAC.
Entre
los años 1968 y 1969, hallándose ya unido a Cristina Olazar, realizaron trabajo
voluntario en el Instituto de Educación Rural (IDER) con sede en Tavarrojo,
Villarrica, siempre bajo la tutela de la jerarquía católica.
Entre
los años 1969 y 1970 usufructuando una beca del MIJARC estudió en París,
Francia. Realizó durante 3 meses un curso acelerado de lengua francesa y
durante 9 meses un curso de capacitación
para el desarrollo, en el Instituto de Educación e Investigación para el
desarrollo (IRFED)
Entre
los años 1971 y 1975 se integró, junto con su esposa Cristina Olazar, a la histórica comunidad de San Isidro del
Jejuí, fundada por las Ligas Agrarias Cristianas. Allí durante la feroz
represión de la dictadura, Gregorio salvó la vida por el hecho fortuito de no
hallarse presente en el lugar.
Durante
los años 1975 y 1976 el matrimonio Gómez-Olazar, expulsado de la comunidad y
perseguido, se refugia en la ciudad de Asunción, pero sin abandonar la lucha.
Aquí se encargan del cuidado de 7 jóvenes
expulsados por la dictadura de la Comunidad de San Isidro del Jejuí; 6 mujeres
y un varón que virtualmente quedaron huérfanos y sin hogar. Realizaron este
servicio con el apoyo de la Pastoral Social de la iglesia católica.
Entre
1976 y 1978 (Gregorio) (el matrimonio) estuvo trabajando en la animación de
comunidades de base de la Pastoral Campesina de la Diócesis de Concepción, fijando
sede mas bien en Horqueta.
El
matrimonio Gómez-Olazar trabajó entre los años 1980 y 1985 en el Equipo de
Educación del Proyecto de Asistencia y Desarrollo PAî-TAVYTERÂ; Proyecto fundado
y sostenido por la Asociación Indigenista del Paraguay y la Iglesia Cristiana Misión
de Amistad, para servir al pueblo indígena
Paî-Tavyterâ del Amambay. Gregorio ocupó posteriormente el cargo de Coordinador
de dicho Proyecto.
Entre
los años 1990 y 2001 Gregorio trabajó primero como promotor social y luego fue nombrado
Coordinador de ÑEMONGETARÂ, una ONG
creada para realizar comunicación y
educción campesina.
Entre
los años 2002 y 2006 Gregorio Gómez fue contratado como Coordinador Ejecutivo
de la ONG TIERRAVIVA, fundada para servir a los pueblos indígenas del Chaco.
Entre
los años 2004 y 2006 ejerció la asesoría de la ESCUELA VIVA HEKOKATÚVA,
instituida por el Ministerio de Educación para la elaboración de textos escolares en lengua Paî-Tavyterâ.
Entre
los años 2008 y 2012 Gregorio fue contratado por la Organización civil ALTER
VIDA para asesorar en materia de interculturalidad al Programa Nacional de
Control de la Tuberculosis (PNCT) dependiente del Ministerio de Salud.
Finalmente y para coronar su lucha, Gregorio
se vio obligado a organizar y encabezar la lucha de sus propios vecinos contra
la empresa EL FAROL S.A. que, en 2007, vino a instalar sus vertederos de residuos en
la misma compañía Guasukora. Esta
empresa, cuya propiedad se atribuyó en su momento a la familia del ex presidente Federico
Franco, contaba con el apoyo de las autoridades municipales de Villeta, de la
Secretaría Nacional del Medio Ambiente y de la Fiscalía del Medio Ambiente.
Pero fue vencida y expulsada de Guasukora
en el año 2008 por la lucha popular, después de una larga y desigual batalla librada por la
comunidad guiada por sus experimentados dirigentes.
En
total suman cerca de 60 años la militancia activa de Gregorio Gómez Centurión
al servicio del pueblo paraguayo, en especial al servicio de los más
necesitados, de los olvidados y marginados,
que son los indígenas y los campesinos.
Actividad literaria.
En
paralelo con estas luchas y estos impagables
servicios sociales, Gregorio fue
sirviendo también a la lengua guaraní y a la literatura paraguaya, produciendo
obras literarias de gran valor científico, artístico y cultural. En este campo Gregorio Gómez Centurión es un autodidacta muy
sabio; un conocer profundo de la lengua guaraní a quien no le dejaron integrar
la Academia de la Lengua por falta de títulos académicos. Sin embargo, entre
los 30 académicos actuales no hay uno solo, incluyéndome a mí, que pueda
escribir los libros escritos por Gregorio sobre los aspectos obscuros de la
lengua. En este caso se comprueba una vez más que los cartones no garantizan el
conocimiento.
Producción
Literaria.
Entre sus obras literarias se encuentran
principalmente sus cuatro
poemarios. Todos sus libros contienen, además de poemas, ensayos breves
sobre lengua y cultura guaraní. Dichas
obras son:
ÑE’Ê.
Publicado en primera edición en 2007 y en segunda edición en 2012 por la
Editorial Servilibro.
TEMIANDU
RORY.
Editado por la Editorial el Lector en el año….
TEMBIASA RYAPU. Editado por Servilibro
en el año 2013.
TETÂYGUA
PYAMBU. Editado por Servilibro en 2017.
Galardones literarios
Gregorio
ganó el primer premio en el concurso
“Roque Gaona de Literatura” en el año 2017 con su obra Tetâygua pyambu compitiendo con 24 títulos finalistas.
Ganó
también el segundo premio en el
concurso Municipal de Literatura del año 2018 compitiendo con 36 obras en concurso.
Literatura testimonial
Leyendo
los libros de Gregorio no podemos evitar que se nos venga a la memoria los
versos de aquel cantautor que dice: “Yo
no soy un guitarrero que canta por cantar// Yo me siento compañero del que lucha
por ganar//. Una nueva y limpia tierra abonada con amor//. Esto, porque
toda su obra es testimonial. Asume compromiso con los problemas esenciales de
la persona humana, con los sectores sociales marginados, con la ciencia, con la
cultura, con la lengua, con la verdad, el amor, la libertad y la justicia.
Es
difícil que Villeta, y el Paraguay todo, produzcan a corto plazo otro gigante
como Gregorio Gómez Centurión.
Muchas
gracias.
Asunción, 8 de enero de 2019
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