UCRANIA es una vieja nación
organizada como Estado independiente a instancias de un poeta. La nación se
hallaba ocupada por los rusos desde tiempos inmemoriales, pero la gente de
pueblo se aferró a su lengua y a su cultura propias durante siglos y a pesar de
toda la opresión. En el siglo IXX apareció un joven poeta de nombre TARAS
CHEVCHENKO que se percató de que su pueblo no era ruso sino una nación
diferente que se hallaba sojuzgada.-
Chevchenko empuñó la lapicera para escribir poemas y más poemas
cantando a la libertad, a las virtudes de la gente de su pueblo, y a las
bondades de su cultura propia, alentando decididamente la liberación de la
nación; nunca empuñó un arma de guerra pero es considerado prócer de la
independencia de su país. La historia registra que le decía a su pueblo:
“nosotros no somos rusos, somos otra gente, otra nación; ¿no se dan cuenta que
tenemos nuestra lengua propia y que nuestra cultura es diferente? -
Su prédica pronto convenció
a los jóvenes, a los intelectuales, a los militares y a gran parte del pueblo
llano. Y así, entre todos, tomaron la determinación de comenzar la lucha por la
liberación de Ucrania. Acabaron con la ocupación extranjera y proclamaron la
independencia y la soberanía de Ucrania. Una vez logrado el objetivo Taras
Chevchenko recibió de su pueblo el título póstumo de POETA DE LA LIBERTAD y es
hoy un símbolo de la unidad nacional ucraniana. Posteriormente los rusos
protagonizaron una mal llamada “revolución” y fiel a su irrefrenable vocación
imperialista creó la Unión Soviética para fagocitar a más de 14 naciones de su
entorno a las cuales impuso un supuesto
gobierno colectivo. Allí Ucrania volvió a ingresar a las ergástulas de Rusia,
pero cuando se produjo la implosión de ese bloque, recuperó su independencia y
soberanía.-
Pero veamos por qué Taras
Chevchenko es una joya que pocas naciones tienen el privilegio de tener. Aquí se lo contamos.-
Una vez, y de esto hace
mucho tiempo, encontré en la plaza de armas de la ciudad de Encarnación un
busto de mármol; era el de un hombre delgado y barbudo en cuya base se leía. “Taras Chevchenko” y
nada más. Intrigado por el hecho le pregunté a mi amigo y guía: ¿cómo es que
vino a instalarse este busto aquí? Y me
contestó: “Tiempos atrás un Intendente de esta ciudad convocó a todas las
colectividades culturales de Itapúa y les dijo: “Vivimos en un Departamento
multicultural y por tanto tenemos el deber de cuidar nuestro relacionamiento
para convivir en armonía. Nuestro deber primero es el de respetarnos entre
todos. Respetar todas las culturas y que cada grupo cultural se sienta
orgulloso de sus raíces. Aquí está la plaza, que es de todos nosotros, y en
ella me gustaría que cada colectividad cultural instale el símbolo principal de
su nacionalidad”.
Todos recibieron con
beneplácito el ofrecimiento y prometieron traerlos; pero solo trajeron los
ucranianos. Los rusos no lo pudieron porque, si bien todos eran víctimas
directas o descendientes de víctimas de la revolución bolchevique, culpaban de
la desgracia de Rusia a casi todos sus dirigentes de la época. Los alemanes
tampoco porque se dividieron entres partidarios y enemigos del nazismo. Los
polacos no supieron a quién poner, mientras los recién llegados japoneses, dudaron si el Emperador Hirohito merecía o no tal honor. Algunos lo culpaban
de su extrañamiento tan lejos de su tierra.-
Pero los ucranianos dijeron: “tenemos al hombre símbolo de la unidad de Ucrania; el poeta que inspiró su independencia. A este hombre ningún ucraniano lo objeta”.-
Esta anécdota me hizo pensar
por primera vez en la posibilidad de que mi país sea ocupado por una potencia
extranjera o gobernado por unos connacionales malditos y me vea obligado a
emigrar sin destino; pensé en la posibilidad de llegar a una ciudad nunca
imaginada que se denomina KIEV y que el Intendente Municipal me otorgue la
posibilidad de instalar en su plaza central el símbolo de mi querido Paraguay,
¿qué pondría? Pensé en López, pero no;
es rechazado por muchos paraguayos; en Francia, peor aún; en Estigarribia,
tampoco. Entonces me pregunté ¿quién es el patriota aceptado por todos los
paraguayos? Enseguida me vino el nombre de EMILIANO R. FERNANDEZ, el poeta de la
guerra y del amor; paraguayo intachable. Eso fue para mí un descubrimiento de
mi interior profundo. Antes no lo sabía y ahora que lo sé quisiera llevarlo a
Kiev con el fin de alentar a los gloriosos combatientes de tan heroica
resistencia, a enjugar las lágrimas de las madres por la injusta y prematura
muerte de sus hijos. Quisiera que
describa el espanto de ese pueblo avasallado por intereses mezquinos, pero por
sobre todo quiero que Emiliano condene
la impávida actitud de la llamada “comunidad internacional”, indolente,
hipócrita, que observa con cobardía abominable el criminal atropello de una
nación pacífica en flagrante violación de todo el Derecho Internacional. Solo
Emiliano le sabrá decir a la hiena de
Putin que un pueblo que es nación nunca muere porque no se lo puede
matar. Ucrania Sobrevivirá como sobrevivió el Paraguay.-
Tadeo Zarratea
Asunción, 9 de marzo de 2022
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