Aprobación del Pabellón y Escudo Nacional en el Tercer Congreso reunido en el templo de la Encarnación el 25 de noviembre de 1842, bajo la presidencia de don Carlos Antonio López.
Óleo sobre lienzo de Guillermo Ketterer pintado en 1957.

sábado, 2 de abril de 2022

UCRANIA

 

UCRANIA es una vieja nación organizada como Estado independiente a instancias de un poeta. La nación se hallaba ocupada por los rusos desde tiempos inmemoriales, pero la gente de pueblo se aferró a su lengua y a su cultura propias durante siglos y a pesar de toda la opresión. En el siglo IXX apareció un joven poeta de nombre TARAS CHEVCHENKO que se percató de que su pueblo no era ruso sino una nación diferente que se hallaba sojuzgada.-

 

Chevchenko empuñó  la lapicera para escribir poemas y más poemas cantando a la libertad, a las virtudes de la gente de su pueblo, y a las bondades de su cultura propia, alentando decididamente la liberación de la nación; nunca empuñó un arma de guerra pero es considerado prócer de la independencia de su país. La historia registra que le decía a su pueblo: “nosotros no somos rusos, somos otra gente, otra nación; ¿no se dan cuenta que tenemos nuestra lengua propia y que nuestra cultura es diferente? -

 

Su prédica pronto convenció a los jóvenes, a los intelectuales, a los militares y a gran parte del pueblo llano. Y así, entre todos, tomaron la determinación de comenzar la lucha por la liberación de Ucrania. Acabaron con la ocupación extranjera y proclamaron la independencia y la soberanía de Ucrania. Una vez logrado el objetivo Taras Chevchenko recibió de su pueblo el título póstumo de POETA DE LA LIBERTAD y es hoy un símbolo de la unidad nacional ucraniana. Posteriormente los rusos protagonizaron una mal llamada “revolución” y fiel a su irrefrenable vocación imperialista creó la Unión Soviética para fagocitar a más de 14 naciones de su entorno a las cuales  impuso un supuesto gobierno colectivo. Allí Ucrania volvió a ingresar a las ergástulas de Rusia, pero cuando se produjo la implosión de ese bloque, recuperó su independencia y soberanía.-

Pero veamos por qué Taras Chevchenko es una joya que pocas naciones tienen el privilegio de tener.  Aquí se lo contamos.-

Una vez, y de esto hace mucho tiempo, encontré en la plaza de armas de la ciudad de Encarnación un busto de mármol; era el de un hombre delgado y barbudo  en cuya base se leía. “Taras Chevchenko” y nada más. Intrigado por el hecho le pregunté a mi amigo y guía: ¿cómo es que vino a instalarse este busto aquí?  Y me contestó: “Tiempos atrás un Intendente de esta ciudad convocó a todas las colectividades culturales de Itapúa y les dijo: “Vivimos en un Departamento multicultural y por tanto tenemos el deber de cuidar nuestro relacionamiento para convivir en armonía. Nuestro deber primero es el de respetarnos entre todos. Respetar todas las culturas y que cada grupo cultural se sienta orgulloso de sus raíces. Aquí está la plaza, que es de todos nosotros, y en ella me gustaría que cada colectividad cultural instale el símbolo principal de su nacionalidad”.

Todos recibieron con beneplácito el ofrecimiento y prometieron traerlos; pero solo trajeron los ucranianos. Los rusos no lo pudieron porque, si bien todos eran víctimas directas o descendientes de víctimas de la revolución bolchevique, culpaban de la desgracia de Rusia a casi todos sus dirigentes de la época. Los alemanes tampoco porque se dividieron entres partidarios y enemigos del nazismo. Los polacos no supieron a quién poner, mientras los recién llegados japoneses,  dudaron si el Emperador Hirohito  merecía o no tal honor. Algunos lo culpaban de su extrañamiento tan lejos de su tierra.-

Pero los ucranianos dijeron: “tenemos al hombre símbolo de la unidad de Ucrania; el poeta que inspiró su independencia. A este hombre ningún ucraniano lo objeta”.- 

Esta anécdota me hizo pensar por primera vez en la posibilidad de que mi país sea ocupado por una potencia extranjera o gobernado por unos connacionales malditos y me vea obligado a emigrar sin destino; pensé en la posibilidad de llegar a una ciudad nunca imaginada que se denomina KIEV y que el Intendente Municipal me otorgue la posibilidad de instalar en su plaza central el símbolo de mi querido Paraguay, ¿qué pondría?  Pensé en López, pero no; es rechazado por muchos paraguayos; en Francia, peor aún; en Estigarribia, tampoco. Entonces me pregunté ¿quién es el patriota aceptado por todos los paraguayos? Enseguida me vino el nombre de EMILIANO R. FERNANDEZ, el poeta de la guerra y del amor; paraguayo intachable. Eso fue para mí un descubrimiento de mi interior profundo. Antes no lo sabía y ahora que lo sé quisiera llevarlo a Kiev con el fin de alentar a los gloriosos combatientes de tan heroica resistencia, a enjugar las lágrimas de las madres por la injusta y prematura muerte de sus hijos.  Quisiera que describa el espanto de ese pueblo avasallado por intereses mezquinos, pero por sobre todo quiero que  Emiliano condene la impávida actitud de la llamada “comunidad internacional”, indolente, hipócrita, que observa con cobardía abominable el criminal atropello de una nación pacífica en flagrante violación de todo el Derecho Internacional. Solo Emiliano le sabrá decir a la hiena de  Putin que un pueblo que es nación nunca muere porque no se lo puede matar. Ucrania Sobrevivirá como sobrevivió el Paraguay.-

                            Tadeo Zarratea

                Asunción, 9 de marzo de 2022 

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